16 años sin vacaciones

Con 84 años de edad, y 16 como sereno en el centro de Atención Primaria en Hostos, Jose Polanco López no ha logrado disfrutar de unas vacaciones, dado que sus jefes en San Francisco de Macorís se las niegan, alegando que no tienen otra persona que ocupe la vacante en el centro asistencial.

Señor director: Con 84 años de edad, y 16 como sereno en el centro de Atención Primaria en Hostos, Jose Polanco López no ha logrado disfrutar de unas vacaciones, dado que sus jefes en San Francisco de Macorís se las niegan, alegando que no tienen otra persona que ocupe la vacante en el centro asistencial.

Con hipertensión, diabetes y problemas visuales, en espera de su pensión, asevera que su expediente sigue en el limbo, recordando que ya van cuatro de sus compañeros de labores que han pasado a otro mundo esperando la bendita pensión estatal.

Impotente, expresa que solo la obligación a sus responsabilidades le permite cumplir con dicha tarea, no obstante, su envejecimiento. Guarda esperanza de vivir sus últimos días tranquilo, a sabiendas que nadie le ayuda a mover su expediente en Salud Pública.

Cada tarde, a las seis, llega con su parsimonia, fruto de los años y débil complexión, con dos envases de agua, ya que en el centro de salud escasea el líquido.

Pese a su frustración sigue aferrado a que la ensión le llegará en cualquier momento, al menos, dice él, “antes de que me llegue la muerte”.
Reynaldo Hernández
Ciudadano

La avería del acueducto

Señor director: Después de saludarle, ocupo su tiempo en relación con la avería en el acueducto de la ciudad de Santo Domingo que afectó a una buena cantidad de los que vivimos en ella y, según el director de la CAASD, le costó al Gobierno 70 millones de pesos, sin tener en cuenta los gastos realizados por la ciudadanía. Dicha avería se le atribuye a la compañía Hormigones América, a quien la CAASD ha demandado, según se lee en la prensa.

Hasta aquí todo parece estar bien, pero siendo tan importante para la ciudad de Santo Domingo el suministro de agua desde la presa de Valdesia, es de elemental consideración suponer que la CAASD debiera tener una vigilancia estricta sobre la misma, y mucho más en los puntos vulnerables como son los pasos por los ríos y lugares propios de actividades de extracción de materiales, así como algunos puntos donde dicha tubería puede estar expuesta, vigilancia que pueden hacer de diversas maneras, desde el método tradicional de un personal que recorra la zona a la utilización de “drones”.

Señalo lo anterior, pues si bien el Gobierno podrá cobrarle a la empresa citada el monto de sus gastos, a los ciudadanos, ¿quién nos compensa los nuestros, más las incomodidades?
Agradeciendo su atención, queda de usted,
Atentamente,
Leonardo Díaz Jáquez
Ciudadano

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