El periodista Miguel Franjul afirmó en el Listín Diario: “(Los jóvenes) constituyen mas del 50 % de la población… .Se estima que un 22.5% de la población juvenil no estudia, ni trabaja, y este dato es suficientemente revelador del limitado campo de oportunidades a su alcance… Una juventud que puja por más oportunidades, pero que no las encuentra, plantea a esta sociedad uno de sus retos más cruciales con cara al futuro.” El empresario Celso Marranzini escribió en El Caribe: “De acuerdo con el propio Banco Central se generaron 160,000 nuevos empleos durante el año recién pasado, pero aun persiste una enorme demanda de empleos, especialmente entre los jóvenes que ingresan al mercado laboral y que diariamente oímos y somos testigos de reclamos porque no se encuentran plazas donde emplearse… Incluso, un dato difícil de determinar es cuanto de esos 160,000 nuevos empleos se corresponden a nacionales o extranjeros”.

¿Cómo resolver de manera lógica estos dos planteamientos?

En primer lugar, debemos dar prioridad a la juventud dominicana en las políticas de empleo del país, mediante programas que incentiven su contratación en las empresas privadas. Ese primer empleo tiene un beneficio social muy alto, pues es un antídoto a muchos males sociales. Igualmente, esto significa que los jóvenes dominicanos deberán sustituir en el trabajo a numerosos inmigrantes. Sin embargo, la intervención del estado es necesaria para hacerlo posible.

Muchos proponen dictar aumentos salariales como solución a la desigualdad social imperante. Sin embargo, estos aumentos no beneficiarán a los numerosos jóvenes desempleados. Ademas, en las condiciones actuales, se producirá una mayor contratación de mano de obra inmigrante más barata a expensas de la dominicana. De acuerdo a nuestro criterio es necesario aplicar una política de reducción de la oferta laboral, para que el nivel salarial en toda la economía aumente. Esto significa una disminución de la población inmigrante que presiona el mercado laboral.

El desarrollo del capitalismo avanzado tiene una lógica no comprendida en nuestro país. Sin embargo, la China Popular la comprendió: La política china consistió en limitar la oferta de mano de obra (una familia, un hijo), mientras un robusto crecimiento creó suficientes empleos para que eventualmente aumentaran los salarios y el nivel de vida de la población. Las empresas chinas reaccionaron adoptando técnicas de producción mas productivas, que permitieron pagar mejores salarios y obtener mejores rentabilidades. Finalmente, a medida que este desarrollo continuó, la producción evolucionó hacia productos con un mayor contenido tecnológico. Es el caso de empresas como Huawei, con sus teléfonos inteligentes.

Tomemos, pues, el camino de privilegiar el empleo de la juventud dominicana, limitando la oferta de la mano de obra inmigrante, y la lógica del sistema se ocupará del resto: el empleo y los salarios aumentarán, nuevas tecnologías serán adoptadas y la economía se hará a la vez más rica y justa.

Posted in OpinionesEtiquetas

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas