El proyecto agroindustrial obtuvo el tercer premio en el concurso mundial Chivas The Venture

Tras más de una década trabajando en Estados Unidos, en el 2015 Daniel Dalet decidió comenzar una compañía de producción agroindustrial en República Dominicana para fabricar productos a partir del coco.

Cuando vivía en Norteamérica, este joven emprendedor recuerda que una de las motivaciones para crear su marca fue notar la ausencia de productos dominicanos en uno de los supermercados que más frecuentaba, llamado Whole Foods Market. Su meta fue clara desde ese entonces: ver sus productos en los estantes de ese establecimiento.

“La idea se reafirmó más cuando llegué al país. Un tío que es médico me habló sobre las propiedades del aceite de coco y lo bien que le había hecho a su salud. Eso me hizo pensar en toda las plantaciones de esta planta que se pueden aprovechar para crear productos de mayor calidad con potencial para ser exportados”, explicó Dalet.

Durante un año completo trabajó en un programa piloto en la comunidad de Miches, en la costa norte de la isla. Ahí experimentó varios métodos de fabricación para producir aceite de coco virgen, tales como el expulsor de prensado, fermentación y centrifugado, pero ninguno satisfizo sus expectativas, aunque dieron resultados razonables.

Dalet encontró el proceso de micro expulsión directa (o su nombre original Direct Micro Expeller), que parecía encajar que todo lo que buscaba. Aseguró que aunque tomó tiempo aprender a secar a mano el coco sobre los secadores de biomasa sostenibles, el producto que salió de la prensa manual lo complació: “un aceite fresco con sabor inigualable”.

Este joven emprendedor, junto a sus socios, decidió trasladar su iniciativa denominada SoloCoco hasta San Pedro de Macorís, en donde por varios meses se mantuvieron reconstruyendo el local que escogieron. Una vez listo, Dalet mandó a regar la voz en el pueblo de que se necesitaban empleados.

“Esperaba que vinieran al menos 300 hombres. Sin embargo, me tomó por sorpresa que en menos de dos días llegaron más de 250 mujeres y unos cuantos hombres. Eso me impactó mucho. Pero más me tocó el corazón saber que la mayoría de esas mujeres era madre soltera con dos y tres hijos, y que vivían del chiripeo”, lamentó.

Desde ese momento, Dalet cambió el rumbo de la empresa, que en principio buscaba únicamente crear un producto marca país que sea exportable. Al escuchar las historias de esas mujeres, éste decidió contratar solo a madres solteras de la comunidad. “Preferí que la historia de mi producto estuviera basada en quiénes realizaban el mismo, quienes conforman nuestra cadena de producción, y no solamente en cuestiones económicas”, afirmó.

Además de eso, Dalet enfocó su producción en el Comercio Justo al adquirir el Fair Trade Certified, un método que tiene un punto de vista ético de una producción que tenga alcance internacional, y que considera el bienestar y la productividad de los productores y empleados primero. “Esta certificación internacional se maneja independientemente del tipo de producto que fabrica una empresa. Esencialmente busca que una porción de las ventas, menos de un 2%, se recaude en un fondo”, aseguró Dalet, quien puntualizó que en el caso de las más de 100 mujeres de SoloCoco ese recurso se ha invertido en la construcción de varias viviendas y reparaciones de plomería en más de 15 casas. Además, son utilizados para garantizar la salud y la educación de los hijos de las empleadas.

SoloCoco, además del aceite, tiene productos para el cuidado del cabello lacio y rizo; productos para el cuidado del rostro y la piel; productos alimenticios como azúcar de coco, harina de coco, y chocolate con coco. Según informó Dalet, la variedad de productos, que amplió gracias a su esposa Gabriela Dalet, ascenderán a 52 en pocos meses, con la inclusión de jabones y otros productos para el pelo.

“Me llena de satisfacción poder ayudar de alguna forma al desarrollo de mi país a través del emprendimiento, la economía circular, y la inclusión social. Al final, sin un negocio no tiene estos tres elementos es difícil que logre impactar”, agregó Dalet.

Ganó premios nacionales e internacionales

Actualmente, el aceite de coco orgánico de SoloCoco, prensado en frío, es comercializado por Whole Foods desde hace un año y ha tenido muy buena aceptación en Estados Unidos, Chile, Trinidad y Tobago, Barbados, Curazao, Emiratos Árabes, Alemania, Francia y Rusia. SoloCoco ha ganado cinco premios internacionales y dos nacionales. Entre ellos la selección de Gabriela Dalet por parte de Unilever como una de las 20 mujeres emprendedoras más importantes a nivel mundial; la empresa fue galardonada con 17 mil dólares al obtener el tercer premio en la primera etapa del concurso mundial Chivas The Venture, organizado por la empresa británica Chivas Regal y en el que participan 30 compañías de emprendimientos sociales de todo el mundo; y el Concordia Summit Xcala Forum nombró a Daniel como Emprendedor Latinoamericano 2018.

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