Manny Pacquiao, legendario boxeador filipino (foja de 60-7-2 y 39 victorias por nocaut), no quiere -todavía- irse de los cuadriláteros. Cree que está apto para continuar en el rudo deporte.
Pero, ¿por qué sigue peleando si ya su edad (acaba de cumplir 40 años) no le permite brillar como lo hizo hace unos años?
La pregunta podría ser formulada por algún periodista, de esos que se consideran expertos de boxeo y que, además, hasta llegara a proclamar que “ya Pacquiao tiene que colgar los guantes”.
Pacquiao volverá a pelar en territorio de Estados Unidos. No lo hace desde que enfrentó, en noviembre de 2016, a Jessie Vargas en una pelea por el cetro welter. No tuvo inconvenientes para salir airoso por amplia decisión unánime.
Pero el grandioso púgil filipino, único boxeador ganador de ocho fajas mundiales en diferentes categorías, tuvo un fracaso inesperado cuando el dos de julio de 2017, en Australia, enfrentó a Jeff Horn. En realidad fue un vulgar robo. Los jueces favorecieron a Horn quien terminó el combate tinto en sangre.
No obstante, Pacquiao, tras un descanso de unos nueve meses y sin poder concretar la ansiada revancha con el señor Horn, optó por pactar una pelea con el argentino Lucas Matthysse. El combate fue celebrado en Kuala Lumpur, Malasia. Pacquiao se alzó nuevamente con el cinturón welter al noquear al bravo peleador argentino.
De nuevo en Las Vegas
Pacquiao regresa a Las Vegas, Nevada. El 19 de este mes, en la arena del hotel MGM arriesgará su corona welter ante el estadounidense Adrien Broner (Broner (33-3-1, 24 KOs), quien ha sido titular del mundo en cuatro divisiones.
Será una dura prueba para el filipino, pero creo que triunfará. Sabemos por qué Pacquiao no se retira. Ansía volver a contender con Floyd Mayweather. Quitarse la “espinita” que le clavaron el dos de mayo de 2015 en la pelea más cara de la historia.
Veremos si Pacquiao, a sus 40 años, tiene la suficiente fuerza para ganar más peleas y, sobre todo, neutralizar a su serio rival del 19 venidero.
