In Memoriam

Doña Maricusa Ornes ha fallecido!!!! Gracias a Dios que en vida se reconoció su valía y fue objeto de numerosos merecidos reconocimientos, para no aplicar la conocida frase atribuida a Federico Henríquez y Carvajal, cuando dijo: “Oh América infeliz, que sólo te acuerdas de tus grandes hijos cuando son tus grandes muertos”.

Como su biografía ha aparecido en numerosos diarios, haremos un recuento de datos que hemos encontrado en la amplia base de datos de OGM, según reseña aparecida el 15 de julio de 1950, página 9, columnas 3 y 4. La joven declamadora había brindado días antes selecciones poéticas de 16 autores en el recital que patrocinó la Librería Dominicana en el patio de ese centro de cultura. Se incluye aquí la foto de ese recital, para el cual incluyó una selección de cinco autores dominicanos, entre los que se encontraba Domingo Moreno Jimenes. Durante esa presentación, la declamadora hizo galas de su versatilidad, lo que fue saludado con muestras de aprobación por parte del público.

La segunda parte del programa resultó significativa para apreciar la versatilidad de la artista al ofrecer en sucesión casi ininterrumpida dos romances del florilegio hispano de la Edad Media

–Amor más poderoso que la muerte y De cómo el Mío Cid fue al palacio del Rey la primera vez–, con un poema de tan reciente factura y de corte tan moderno como “Chefa”, del celebrado poeta puertorriqueño Luis Llorens Torres.

La tercera y última parte del programa agrupó cuatro de los mejores representantes del estro poético hispano: Manuel Machado, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, así como del poeta y dramaturgo italiano Gabriel D’Anuncio, en versión de Guillermo Valencia.

Según dicha crónica, un cerrado aplauso coronó el recital al agotar el poema final del programa, “Preciosa y el aire”, de Federico García Lorca.

La joven declamadora había aparecido en la plataforma del escenario con un traje de ligera tela roja que contribuía a facilitar la soltura de sus movimientos. No obstante, el visible dominio de sí misma, que al servicio de la más ajustada interpretación mantuvo todo el tiempo, puede decirse que se desenvolvía con más seguridad y acierto a medida que pasaba de un poema a otro en el extenso programa agotado por ella esa noche.

Maricusa Ornes reveló en este recital –el segundo que ofrece con el patrocinio de la Librería Dominicana—su aspiración de crearse un estilo en los dominios de la interpretación poética, a base de consagración y esfuerzo, y eludiendo en lo posible las incitaciones de toda imitación servil.

Asistieron al acto miembros del cuerpo diplomático, incluyendo los embajadores del Brasil y Nicaragua, Oswaldo Moraes Correia, y el coronel Guillermo Rivas Cuadra; miembros del Teatro Escuela de Arte Nacional, del Club de Música y otras instituciones culturales de esta ciudad.

Hasta aquí, la crónica de Pablo Rosa, notando que en el mismo año de este recital, 1950, partió al exilio como consecuencia de que su hermano Horacio Julio participara en la gesta de Luperón en 1949.

De la artista se tienen pocos datos entre 1950 y 1962, cuando en mayo de este último año se tiene una nota desde San Juan de Puerto Rico donde se indica que con el patrocinio de las secciones de Literatura y Teatro del Ateneo Puertorriqueño, ofrecería un recital de poesía de autores de esa isla. A partir de 1962 hay profusión de información, hasta el año 2000, cuando ofreció una entrevista al Listín Diario. En dicha entrevista la artista dice que recibió de Pedro Mir una copia mecanografiada de “Hay un país en el mundo”, y que ella de inmediato supo que lo llevaría a escena, por lo que sería ella quien daría a conocer el poema que ha dado la vuelta al orbe.

Había empezado la carrera universitaria en 1943, que no pudo concluir porque para estudiar en la Universidad de Santo Domingo era necesario inscribirse en el Partido Dominicano. No lo hizo, y fue en ese momento, en 1950, que se vió precisada a salir del país. Regresó en 1962, continuó los estudios, y en 1964 se invistió como Doctora en Derecho Magna Cum Laude.

1975. Foto del grupo de poesía coreada de Puerto Rico, el cual era dirigido por doña Maricusa Ornes. ARCHIVO OGM

Su destacada carrera se desarrolló principalmente en la poesía coreada, labor que llevó a cabo en Puerto Rico, donde residió por largos años. En el 2000, regresó a vivir a República Dominicana y a partir de ese año sus apariciones fueron muy esporádicas.
Gracias, doña Maricusa, por poner en alto el nombre y el arte de República Dominicana. Descanse en paz!!!

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