Es más que evidente que si República Dominicana se adhiere al Pacto Global sobre los Refugiados, estaría haciendo como el célebre cubano equilibrista de circo, Chacumbele, que según la guaracha de la misma nacionalidad: “el mismito se mató”. Hemos resistido por años, una sucia campaña internacional sobre que nuestra nación, con el caso de los hijos de haitianos nacidos aquí, ha producido una enorme cantidad de apátridas, que en el lenguaje llano significa, nacido sin nacionalidad. No es cierto que no tienen nacionalidad. La Constitución haitiana del 1987 reza en su Articulo 11: “Posee la nacionalidad haitiana de origen, todo individuo nacido de padre o madre haitiana, que hayan nacido haitianos y no hayan renunciado a su nacionalidad al momento del nacimiento”. Puede que este pacto que la ONU promueve sea la razón medular para esa campaña sucia contra Dominicana, que está supuesto a ser firmado por los países miembros, en la Sesión 73a de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a celebrarse en Nueva York, precisamente hoy. Dejaríamos, como Estado soberano, de tener potestad para decidir a quien se le otorga la condición de refugiado y quedaría en manos de la ONU, que pretende erigirse como gobierno mundial. Siendo coherente con la decisión de la semana pasada de no refrendar el Pacto Global por los migrantes titulado Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, el Gobierno Dominicano ha expresado su decisión de tampoco firmar el relativo a los refugiados. El tema del clima, la degradación ambiental y los desastres naturales como motivos de desplazamientos humanos masivos, representan una radiografía del conflictivo caso de nuestros vecinos del oeste, en el que adquiriremos de inmediato, compromisos que no podemos cumplir. La desarticulada oposición política nacional, ha querido aprovechar estos dos temas, el Pacto Migratorio y el Pacto sobre refugiados, para poner “contra la pared” al gobierno, quien la sacó de aire por el “centerfil” haciendo pública la valiente posición oficial, aun ocupando un puesto “virtual” en el Consejo de Seguridad del propio organismo internacional. Los “dueños del bate y la pelota” del Consejo de Seguridad, China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, son los 5 países que tienen derecho a veto; si uno solo no está de acuerdo, “la cosa no pasa”. No hay dudas que las presiones sobre nuestra nación se harán brutales, para que firmemos por “consenso”. De hacerlo, sería el fin del país que nació el 27 de febrero de 1844, al separarnos de la barbarie, el atraso y la subyugación. A pesar de la indiferencia colectiva y la permisividad que nos caracteriza, en esta ocasión el país ha reclamado y el gobierno ha puesto el oído sobre la voluntad mayoritaria y actuado en consonancia. “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones”. l

 

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