Introducción
Permítaseme repetir la Introducción de 1 de 2, a saber:Al hacerme una entrevista sobre Don Manuel Arsenio Ureña, un periodista me pregunto: ¿Qué definición daría usted de él? Me tomó de sorpresa. Pero mi mente y mis recuerdos se activaron y rápidamente le dije: -Cinco. Para su entrevista, que debía durar sólo un minuto, apenas le pude dar una sola definición. Muy breve, por cierto. Pero he aquí las finales de las cinco. A ese periodista, pues, agradezco el título y esquema de este ensayo. Ojalá tenga usted tiempo de leerlo.

Así, pues, en 1.2. Dimos definiciones de Don Arsenio:
1. Un hombre de valores
2. Un hombre que era “Camelia y yo”
3. Un hombre fundador de una Familia Empresa
A continuación damos las dos últimas definiciones:

4. Un hombre con el oficio de ser empresario exitoso
La primera definición, la más rápida y la espontánea, que se suele dar de Don Arsenio es una de éstas: “Fue un líder empresarial”; “Fue un empresario exitoso”. En realidad lo fue. Sin embargo, se corre el peligro de reducir su personalidad a esos únicos aspectos de un empresario, como también el reducir el éxito sólo a la producción y acumulación de dinero.

Su éxito empresarial, a partir de cero, ciertamente impacta. Pero, sin lugar a dudas, cuando se conoce su visión de una empresa y sus otros éxitos, unidos a la producción de dinero, entonces, el impacto es mayor y se descubre en él no sólo el hombre exitoso, sino un hombre fuera de serie.

Invito, a hacer este otro ejercicio: estudiar la visión de empresa de Don Arsenio Ureña, con todos los componentes que la integran. Creo que sirve de modelo para cualquier empresa o empresario.

Sin querer hacer un estudio exhaustivo, permítanme destacar los siguientes aspectos, como puntos motivadores para descubrir los otros, esparcidos a lo largo de la publicación que usted tiene en sus manos:

– “Para nosotros una empresa es en primer lugar un patrimonio de la sociedad”.

– “La empresa crea riquezas que fortalecen la economía de un país”, “crea empleos que son medios de vida para tantas familias”, “paga impuestos para proveer bienes y servicios públicos”, “es patrimonio de la sociedad, si cumple su responsabilidad social”.

– “La empresa permite mantener y educar a los hijos y capitalizarlos para que puedan seguir adelante”.

– “Toda empresa ha de contribuir con el mejoramiento social, económico, medioambiental, educativo, etc. de su entorno”.

– Hemos querido asegurarnos de que el compromiso social de la empresa se institucionalice”.

Dentro del marco de esta visión, Don Arsenio afirma que optó por tener “el oficio de empresario”, afirmando que sus empresas debían ser las mejores, distinguiéndose de las demás y ser exitosas.

A propósito de esto último, afirma:
“Desde aquel modesto comienzo de nuestras actividades, aspirábamos a ser empresarios, a ser empresarios exitosos para tener la oportunidad de compartir nuestras riquezas ayudando a los necesitados”.

Y también: “No basta con ser exitoso si el producto del éxito no se comparte con los más necesitados, con los que no han tenido el privilegio que nosotros hemos tenido”.

Personalmente agradezco a Dios el haber conocido y tenido como amigos empresarios que han sido exitosos, produciendo riquezas y con un gran sentido de responsabilidad social de cara a sus familias, sus empleados y los más necesitados.

Debo agregar a esto, sin embargo, que quien mejor ha definido verbalmente esta visión delante de mí ha sido Don Manuel Arsenio Ureña, cuando me dijo:

“Yo quiero producir muchas riquezas en mis empresas para mi bienestar personal, el bien de mi familia, de mis empleados y de los necesitados”.

Y otro día me afirmó escuetamente: “Quiero producir todas las riquezas que pueda, para hacer todas las obras sociales posibles, sin agotar el capital”.

5. Un hombre de fe
“De la abundancia del corazón habla la boca”, afirma la sabiduría popular en uno de sus refranes.

También la visión de su fe católica permea la existencia, las actitudes y los discursos de Don Arsenio. Recojamos a este propósito algunas expresiones escritas por él en el presente libro:

“Necesitamos más que nunca recurrir a los valores espirituales” y “seguir construyendo una sociedad” basada en la justicia, en la eficiencia y en el amor cristiano”.

“Nosotros, como gente de fe, no podemos negar la mano de la Divina Providencia… Pero tampoco ha sido al azar. El Señor ayuda al que hace su tarea”.

“Nuestra cultura de empresa nace de nuestra cultura como familia cristiana”.

“Que el Señor nos ilumine a todos”, es la expresión de fe con la que concluye Don Arsenio su charla Magistral Familia Economía y Herencia.

Las expresiones citadas dicen mucho por sí mismas, pero no podemos dejar de destacar que la visión de familia y de empresa de Don Arsenio y Camelia nace de su cultura cristiana; la novedad de una “familia empresa” o “empresa familiar” o “familia-empresa”, según las expresiones mismas de nuestro autor, hunden sus raíces, con todas sus características, en la visión cristiana de su fundador (es decir, la unidad Arsenio y Camelia).

Este es un dato sumamente impactante: lo viejo y lo nuevo se unen otra vez de cara a un futuro promisorio. Lo primero, “la cultura cristiana”, da firmeza y seguridad; lo segundo, “la cultura de empresa’, ligada a la familia, ayudará sin lugar a dudas, a superar los escollos que hicieron zozobrar, en la tercera o cuarta generación a muchas familias, en su intento de establecer “empresas familias”, que permanecieran en el tiempo durante muchas generaciones.

Al constatar esta relación, “cristiano comprometido, como tal, en la familia y en la empresa”, diríamos en nuestro lenguaje eclesial, que Don Arsenio es “un lacio católico en el mundo, evangelizador de la familia y de la empresa”, o de otra manera: “es un evangelizador de la cultura familiar y empresarial por sus enseñanzas y acciones”.

Realizó esta misión en el mundo de tal manera que su connotación católica no aparecía explícitamente. Por eso para todos, no importando su credo, es “un empresario exitoso”. Pero, en el marco de su fe cristiana, lo podemos definir también “como un empresario católico exitoso, que supo unir fe y vida”.

También valga decir que, dentro de la Iglesia, conservaba sus prácticas religiosas, su misa dominical y frecuente, rezaba el rosario con Doña Camelia y trabajó, también con ella, en la Pastoral Familiar.

Asimismo, fue coherente con su compromiso de ofrendar para los gastos pastorales internos de la Iglesia y para sus obras sociales a favor de los pobres. Se puede afirmar que lo hizo de acuerdo a la práctica de Jesús y de la Iglesia: libre y generosamente, sin poner límites a sus contribuciones.

Para mí, de manera particular, como Arzobispo de Santiago, fue un apoyo invaluable y mano derecha: él asumió conmigo la tarea de fortificar la economía de este Arzobispado para sus gastos internos. Tanto interés puso en esta tarea que casi me atrevería a decir que fui yo quien asumí con él esta tarea, ya que él tomó entre sus manos, como algo personal, la creación de un “Fondo Patrimonial” y de la “FundaciónArquidiocesana Santiago Apóstol” (FASA) para esos fines.

En mi obra “COMO OFRENDA EL CATÓLICO”, #35, recojo los siguientes datos y testimonio:

“Don Manuel Arsenio Ureña, buen conocedor por su labor junto a Mons. Adames y Mons. Flores, de la situación económica de este Arzobispado, me habló desde que llegué a él en el año 2003 sobre la necesidad de dar estabilidad a las entradas para los gastos fijos del mismo. Acepté su recomendación y le dije: “Veo que parte de mi misión en esta Arquidiócesis y de la generación actual de católicos de las Provincias de Santiago y Espaillat es alcanzar esa meta”.

Hicimos un plan. En primer lugar, completé con él, como está mandado por el Derecho Canónico de la Iglesia, el número de Miembros del Consejo Económico Arquidiocesano, formado por laicos conocedores de economía y sacerdotes; fuimos, luego, dando seguimiento al presupuesto anual del Arzobispado; junto a los medios económicos, ya establecidos (cuotas parroquiales y cena pan vino) para cubrir dicho presupuesto, agregamos la creación de un Fondo Patrimonial y una gran rifa anual.

Todavía estos medios no llegan a cubrir nuestros gastos. Por eso decidí, después de consultar a dicho Consejo Económico Arquidiocesano, crear la “Fundación Arquidiocesana Santiago Apóstol” (FASA) para este fin, compuesta por Miembros, que nos ofrezcan una cuota mensual o anual fija”.

Precisamente por el lanzamiento de esta Fundación pronunció la charla “FAMILIA, ECONOMIA Y HERENCIA”, recogida en la presente publicación. De ahí que en dicha charla sus primeras palabras sean éstas:

“Amigos y amigas: Estamos aquí esta noche en un acto de buena voluntad, contribuyendo a que la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros pueda cumplir su función pastoral”.

Quiero, pues, dejar claro que Don Arsenio, como parte de la generación presente, asumió conmigo la misión de poner unas bases sólidas a las finanzas del Arzobispado de Santiago para, como él me decía, “los Arzobispos del futuro tengan menos preocupaciones económicas y puedan dedicarse de cuerpo entero a sus tareas espirituales y pastorales”; y también: “El Arzobispado de Santiago presta innumerables servicios a la sociedad de Santiago y no se merece vivir en las estrecheces que desde tiempo de Mons. Adames yo conozco”.

Conclusión
CERTIFICO Y DOY FE en Santiago de los Caballeros a los trece (13) días del mes de diciembre del año del Señor dos mil dieciocho (2018).

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