El presupuesto general autorizado durante este año llegó a 2.2 mil millones de pesos, mil millones menos que en 2017 En el 2018, la industria cinematográfica presentó un desaceleramiento con relación a los proyectos depositados en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), al pasar de 57 producciones (que suman 3,237,024,574 pesos en el 2017) a 46 proyectos que cuentan este año con sus Certificado Provisional de Nacionalidad Dominicana –CPND–, para un presupuesto general aprobado de RD2,279,690,495).

De la lista del 2018, solo tres películas se han estrenado hasta el momento: Trabajo sucio, de David Pagán (a un costo de RD$69, 852,656); Jugando a bailar, de Roberto Ángel Salcedo (RD$63, 249,113), y Que León, de Frank Perozo (RD$75,240,090).

Según datos suministrados por la Dirección General de Cine (DGCine), en post producción hay 10 largometrajes, de los cuales tres son documentales y el resto ficción. En los planes de las distribuidoras y exhibidores, deben estrenarse cerca de 30 películas dominicanas en el 2019. Hay 16 proyectos de años anteriores con fechas de estreno para el 2019.

La baja también se reflejó en el número de estrenos, al pasar de 25 filmes (2017) a 21 en el 2018.

Este año cerrará con 21 estrenos
Los estrenos del 2018 iniciaron en enero con La tragedia de Río Verde. Le siguieron Pobres millonarios, Cocote, Cómplices, Veneno, Hermanos, Botija, Pulso, Sanky Panky 3, El fantasma de mi novia, Jugando a bailar, Trabajo sucio, El closet, la trilogía Rubirosa, Un 4to de Josué, Lo que siento por ti, Que león, Amigo D (se estrena mañana jueves) y Juanita (cierra la cartelera de cine dominicano el 27 de diciembre).

La DGCine, adscrita al Ministerio de Cultura, fue creada por la Ley 108-10, del 29 de julio de 2010, y estimula la producción nacional, cuya legislación la faculta para otorgar a los productores de cine beneficios por descuento del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Asimismo, incluye el Crédito Fiscal Transferible, que programa el reembolso del 25% de lo gastado en RD en la producción de una obra audiovisual. Ese 25% se reembolsa con un certificado de crédito fiscal que puede ser transferido –no en metálico–.

Por el número de empresas y productores, así como los directores, se identifica una concentración situacional de recursos y en la distribución y exhibición. Si una industria cinematográfica comprende empresas que actúan en cuatro segmentos, tales como producción, infraestructura, distribución y exhibición, pues es lógico que deban existir diferencias estructurales entre las diversas empresas agrupadas en esa cadena productiva para que sea realmente sana y creadora de públicos.

A la dinámica de producción se opone la de exhibición y la realidad golpea en la capacidad de los proyectos para generar movimiento taquillero, visto que apenas una sola de las películas estrenadas en el 2018 alcanzó las 132 mil taquillas vendidas hasta el momento (un dato extraoficial que veremos cuando tengamos acceso al informe anual de la DGCine). Otra conclusión que refleja este informe es que dentro de la cadena productiva del sector existe un comportamiento económico atomizado en términos productivos. Salvo contadas excepciones, las empresas se restringen a la persona del guionista-director, siendo que en su gran mayoría terminan en manos de grupos fuertes en administración a los cuales se asocian.

 

Fuente: DGCINE

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