Esta es una realidad internacional. Nuestro país, como van las cosas, no será una excepción.Siendo así, veamos el panorama internacional.

¿No es el gobierno de la inglesa Teresa May nacionalista? ¿Y qué decir, de los gobiernos de Putin en Rusia; de Erdogan en Turquía; y de Trump? Y, Polonia, Hungría, Italia y Suecia… Los hay, pues, de todos los matices y colores.

Entonces resulta inteligente preguntarnos: ¿Qué ha llevado a propagar este sentimiento nacionalista?

En primer lugar, la inmigración desbordada.

Esa es la razón esgrimida por May, Trump, y los políticos Italianos, suecos, húngaros y polacos.

Pero hay algo más. Trump y May no solo objetan al libre paso de inmigrantes, sino también la ideología del “mundo sin fronteras.”

Siendo así y en segundo lugar, la globalización ha atizado el nacionalismo, pues hay países que han ganado y otros que se sienten perdedores, como Estados Unidos y Gran Bretaña.

Pero el fenómeno es más complejo, pues dentro de cada país hay ganadores y perdedores. El nacionalismo se alimenta de la frustración de las clases trabajadoras y de baja calificación que han perdido con la globalización y la inmigración, frente a las clases con educación universitaria, y competencia técnica que se han beneficiado.

Así, el centro de París, o sea, la crema de la burguesía mundial es favorable a la globalización y los obreros de las afueras están llenos de rencor y frustración y votan por el Frente Nacional. Es decir, los antiguos votantes del histórico Partido Comunista Francés hoy votan al Frente Nacional.

¿Y los jóvenes banqueros ingleses de la “City,” por quienes votaron? Por los candidatos que propugnaban quedarse en la Unión Europea. Los trabajadores, sin embargo, mayoritariamente votaron por los candidatos que defendían la salida de la UE.

En tercer lugar, están los insultos. Ser nacionalista es sinónimo de Nazi-onalista. Se busca mezclar el ser nacionalista, con el ser extremista. Es un irrespeto a nuestra historia y a nuestros héroes. Tanto Sánchez, como Mella murieron arropados en la bandera dominicana. Siendo así, tenemos todo el derecho a llamar Santanistas, a quienes así nos insultan, pues se arrodillan antes los extranjeros……Algo que debemos aclarar: Trujillo hizo mucho daño, asesinando a miles de haitianos. Y jamás traicionaremos la memoria de nuestro padrino: Luis Amiama Tío.

Finalmente, las instituciones políticas débiles empujan a los pueblos hacia líderes fuertes. Charles de Gaulle en sus Memorias vierte todo su desprecio sobre los políticos débiles, oportunistas que llevaron a Francia a su humillante derrota.

Si deseamos saber si el nacionalismo crecerá en nuestro país, respondamos las siguientes preguntas: ¿Está la inmigración descontrolada? ¿Están los trabajadores y desempleados dominicanos excluidos de los beneficios del crecimiento? ¿Nos insultan cada día? ¿Están nuestras instituciones políticas debilitadas? ¿Y, las Fuerzas Armadas, nos avergüenzan? Las respuestas positivas indican que posiblemente seguiremos la ruta de países más fuertes y desarrollados: La reacción nacionalista aumentará.

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