Nueva vez entra en debate el doloroso tema de las muertes maternas durante el embarazo o en el parto, lo mismo que las muertes de neonatos, es decir, al nacer, o antes de los 28 días de nacidos.

Es un tema permanente entre los actores del sector salud desde el siglo pasado y se mantiene como el primer día. Algunos de los involucrados admiten factores asociados a las calidades de los establecimientos, pero señalan que lo fundamental es la violación de los protocolos, conjuntamente con negligencia del personal. Pero los líderes del Colegio Médico Dominicano (CMD), insisten en que la causa principal es la baja inversión y las precarias condiciones en los centros hospitalarios.

Es una discusión que no conduce a nada, porque no genera compromisos de las partes para superar las taras.

Pero existe una opinión intermedia, que tiene sentido, emitida por una experta internacional, y es que la situación no está determinada por la falta de servicio, pues el 98.6 % de los partos se realizan en centros públicos o privados, sino por la calidad del mismo, que tipifica como “pésima”, y por la negligencia de los médicos y auxiliares.

Si existen las instalaciones, están los médicos, y se supone que cuentan con los instrumentos esenciales, ¿por qué tiene que morir una parturienta o un recién nacido?

Es una cuestión con raíces, afirmadas en una cultura de irresponsabilidad y escasa humanidad.

Pero si se trabaja con entereza, se puede modificar el drama.
En 1990 la mortalidad infantil fue estimada en 45 por mil nacidos vivos, y en 2000, se redujo a 31 por mil. El año pasado, las muertes se habían bajado a 20 por cada 1,000 nacidos vivos. Lo mismo pasa con las muertes maternas, 100 o 106 por cada 100 mil nacidos vivos el año pasado. Pero en 1996 la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA), mostró que la mortalidad materna era de 227 por cada cien mil nacidos vivos.
Esas cifras indican que se puede mejorar.

Buscar culpables no conduce a nada. Lo importante es que la mayoría de las muertes son evitables. Es necesario que los actores asuman el compromiso de reducirlas al mínimo y que esa problemática no continúe dividendo a la sociedad.

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