A diario las personas vivimos cosas buenas, cosas malas. Estas últimas, deben servirnos de experiencia o auto revisión, sin insistir excesivamente en errores, para que las energías negativas vinculadas fluyan y no afecten nuestro espíritu. Las buenas, sean provocadas o casuales, rememorarlas antes de entregarnos al sueño. Servirán de aliciente individual, generarán energía positiva. Y cabe hacer similar ejercicio al final de semana en cuanto a nuestro país pues, aunque parezca mentira, en medio de inseguridad ciudadana, corrupción y otras cuestiones que tanto nos preocupan, también surgen buenas noticias. Como el reconocimiento de Luis Almagro, secretario de la OEA, por el ejemplar plan de regularización de extranjeros. República Dominicana ha elevado su prestigio al hacer lo que ningún otro país.

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