Para la victimología el papel histórico de la víctima ha sido de simples objetos del procedimiento, sin dársele ni la protección ni la importancia que merece ni procurándose la debida reparación económica por el daño sufrido, razones por la cual este movimiento procura revalorizarla y que la víctima no sea vista como un obstáculo para la investigación del hecho punible, sino como una fuente principal de información y como un sujeto procesal con derechos que deben ser resguardados.

La victimología busca que “haya menos víctimas en todos los sectores de la sociedad”. (Neuman, p.34). Ampliando el término hasta el punto de considerar que víctima no es sólo el individuo, sino la colectividad. Además, se hace énfasis en el daño psicológico más que en el patrimonial, debido a que normalmente los procesos dejan un trauma que a veces resulta de difícil superación para la víctima, como serían, por ejemplo, los relativos a violencia física y sexual.

En el Primer Simposio de Victimología, celebrado en Jerusalén en 1973, “se definió escuetamente a la victimología como el estudio científico de las víctimas del delito”, (Op. Cit., p.25).

Las ideas precursoras de la victimología inicia con Hans Von Hentig y Beniamin Mendelshon, en la década de 1940. Procuran dar la importancia que merece la víctima, la que consideran ha estado olvidada en el proceso penal. De esta forma garantizarle más sus derechos humanos y rodearlas de garantías que les permitan un acceso rápido y efectivo al sistema de justicia.

De su lado, Elena Larrauri, citada por Mora Mora (et al. pp., 1053-1054), afirma que el surgimiento de la nueva victimología obedece a las siguientes razones:

a) La justificación de una política de “ley y orden”.
b) Mayor rentabilidad política de satisfacer a las víctimas que a los delincuentes.
c) La necesidad de establecer un contrapeso a la criminología crítica, que, con sus análisis deterministas sociales, parecía eximir implícitamente al delincuente de toda responsabilidad.
d) El ímpetu del movimiento feminista, señalando el alto grado de victimización sufrido por las mujeres y
e) El surgimiento e impacto de las encuestas de victimización que mostraron la extensión del delito y su concentración en los estratos más vulnerables de la población.

La victimología se presenta como el lado opuesto de las disciplinas criminológicas que centran su estudio en el infractor del delito, centrando su estudio en la victima, desde un punto de vista físico, psíquico y social, tal como afirman Mora Mora (et al.), “de manera que, a partir de tal información, sea posible obtener parámetros mediante los cuales las diversas instituciones, tanto públicas como privadas, sean capaces de ejecutar acciones para prevenir la victimización, tratar y atender a las víctimas, sin olvidar su relación con el victimario”. (p.1050).

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