Mientras dependamos de nuestras bóvedas humanas no tendremos necesidad de abrir las ventanas de los cielos, quienes no reconocen que necesitan los tesoros divinos no usarán las llaves que descargan sus compuertas ni los códigos que nos introducen por sus portales. El pan de la sabiduría de Dios es el tesoro que produce las inagotables riquezas y nos añade el justo valor. Quienes menos tienen generalmente reciben lo que cuenta, porque su fe les entrega lo que solo Dios puede dar. Dios no es Dios de estanques, sino de ríos, mares y profundos océanos, su medida es su gracia. Deja de coquetear con el cuerpo de bomberos y enamora con tu fe el corazón del Dios verdadero, su lluvia desbordará tu alma, cambiará tu condición y te limpiará el sendero!

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