Madres que deciden regalar a sus hijos

De su quinto embarazo, Mercedes tuvo mellizos, una hembra y un varón. Desde antes de dar a luz, tenía la firme convicción de regalar uno. Optó por el varón

La presión económica y familiar, y el abandono de la pareja, son factores que pueden inducir a una madre a regalar a su hijo, otras los abandonan

De su quinto embarazo, Mercedes tuvo mellizos, una hembra y un varón. Desde antes de dar a luz, tenía la firme convicción de regalar uno. Optó por el varón. Se lo regaló a un matrimonio que no pudo tener hijos y que pertenecía a una clase bien acomodada de la ciudad de San Juan, Puerto Rico. Ella no sintió pena porque sabía que al varón le esperaba mejor suerte que a la hembra, con la que su prole ascendería a seis. Ella laboraba en una casa de familia; su esposo, ebanista, llevaba dinero a la casa cuando lograba qué hacer.

Mercedes no pidió nada a cambio, se conformaba con recibir noticias de su hijo, y el matrimonio que lo adoptó se comprometió a complacer su única petición.

No solo le enviaban fotos del niño a medida que crecía, también ropa para su hermanita que se criaba en el populoso sector de Los Minas. Marisol, la niña, llegó a estrenar vestidos gracias a los padres adoptivos de su hermanito. Con el tiempo, llegaron a conocerse y mantienen hoy día una relación de hermanos a distancia.

Susana, una adolescente de 17 años, al dar a luz optó por entregarle su hijo a una tía que vivía en el campo, porque sabía que estaría bien cuidado. Ella, sometida a una fuerte presión familiar y económica vio en su tía la salida para poder proseguir con su vida y no atarse a su vástago. Su pareja la abandonó cuando supo que estaba embarazada, no sin antes poner en duda la paternidad que se le atribuía.

Los casos de Mercedes y Susana hablan de una situación que afecta a miles de mujeres alrededor del mundo. Un estado de desesperación las embarga y, en el mejor de los casos, regalan a sus hijos; en el peor, los abandonan.

Conscientes de no poder sacar adelante a su criatura, de darle una vida de calidad, o bien no se sienten con la capacidad necesaria para afrontar la responsabilidad, ven como única salida regalar a su hijo.

Un problema que no escapa a ninguna sociedad, y que se da con mayor frecuencia en sectores de escasos o cero ingresos, de ahí que el factor económico juega un papel importante al tomarse la decisión de regalar o abandonar un hijo.

Esa decisión, que muchos piensan se tomó a la ligera, no siempre se dio así. Muchas se han tomado el embarazo para reflexionarla. Una determinación que casi siempre genera angustia al momento de materializarla, y arrepentimiento tiempo después.

Desprenderse de un hijo pudiera resultar la decisión más difícil, es una decisión que, en muchos casos, debería valorarse, porque es una acción que demanda mucho coraje. Es el caso de aquellas que lo regalan procurándole un futuro de vida mejor que el que les ha tocado a ellas.

No optaron por el aborto, respetaron esa vida. Su sacrificio le ahorrará a su hijo hambre, desnutrición, enfermedades, inseguridad. Lo que, de seguro, les ha tocado vivir a esas mujeres.

Aunque hay pocos datos precisos sobre el tema, incluso en toda América Latina, un estimado arroja que una de cada 10 mujeres se arrepiente de su decisión. La mayoría cuenta con menos de 20 años y han sido abandonadas por sus parejas.

Aunque no existe un perfil definido sobre las madres que regalan a sus hijos, la inmadurez psicológica suele caracterizar a un significativo segmento; además, suelen ser mujeres que han carecido de afecto en su seno familiar y la falta de solvencia económica las hace sentir incapaces de manejar esa nueva vida que tienen entre sus manos, y no quieren traspasarle sus dramas y calamidades.

“Con frecuencia, la mujer que no se atreve a abortar, pero tampoco desea ser madre, entonces opta por regalar al hijo. A veces se considera el abandono un aborto a término”, así lo explica Jessica Valdez Martínez, terapeuta de familia, pareja & sexual, ([email protected]). Sostiene que la falta de solvencia económica y/o un embarazo no planeado o no deseado, son los principales factores que inducen a las mujeres a regalar a sus hijos. Ejemplos: relaciones clandestinas con un cuñado, un amigo del marido, un incesto, violación o son menores de edad. Entienden que no pueden brindarle un buen futuro a la criatura o que se le destruirá su vida a futuro. “ También las hay mujeres inmaduras, las que nunca quisieron ser madres, otras porque no son capaces de sentir amor por su hijo, se deshacen inmediatamente de la criatura para no generar ningún vínculo y no crear apego”, amplía Jessica.

Enfatiza que son mujeres juzgadas por la sociedad porque no desean ser madres, pero considera que merecen respeto por reconocer que no son capaces de asumir el rol, y no le quitan la vida a la criatura. “Otras lo hacen por egoísmo, eligieron vivir su vida como quisieron, no como la sociedad les imponía que debían vivirla. “Si el Estado y la sociedad les diera apoyo quizás esto no ocurriría. Ofrecerles un lugar para vivir al tener el alta médica, ayuda económica, y como último recurso, informarles sobre la alternativa de la adopción, es parte de la tarea”, subraya.

Muchas veces estas mujeres son privadas del afecto y la contención económica de sus familias, sienten que no pueden manejar esa vida que comienza. No han vivido su embarazo con expectativa, ni la llegada del hijo con felicidad porque su propia vida ha atravesado situaciones desfavorables o incluso dramáticas, enfatiza Jessica Valdez Martínez.

En su opinión, se suele satanizar a la madre que regala a un hijo, a la que abandonó a un recién nacido en una puerta, en un basurero o en un vehículo. “Es importante aclarar que hay otras formas de abandono que también requieren análisis y cuestionamientos, que son más impresionantes y negativas y reflejan falta de compasión”, sostiene.

Cita como ejemplos: dejar a un hijo con otra persona, sin brindarle manutención y sin comunicación significativa durante meses, sin realizar esfuerzos mínimos para mantener y comunicarse con el hijo, pasar seis meses sin visitar a ese hijo, no crear o diseñar un plan para reunirse padre o tutor con el hijo y ausentarse del hogar durante un tiempo que pueda generar un riesgo sustancial de daño psicológico grave a ese hijo.

Al preguntarle a Adrián De Óleo Montero, ([email protected]) psicóloga, especialista en evaluación e intervención psicoeducativa, asegura que no se habla de perfil psicológico de madres que abandonen a sus hijos a no ser que haya una causa psicopatológica, y que la mayoría de los casos obedece a causas de tipo socioeconómicas y al abandono del compañero.

“Algo curioso es que no hay estudios sistemáticos sobre este tema. De hecho, en diferentes países las investigaciones no arrojan muchos datos concluyentes de los renglones que hay que llenar, estos aparecen en blanco o la información requerida aparece incompleta. Investigaciones plantean que se debe a la actitud que se asume frente a estas mujeres, que se les ve como vientres productores que suplen una necesidad dando esos niños a familias que sí pueden tenerlos”, afirma De Óleo.

Vilma Capellán, ([email protected]), psicóloga clínica, coincide con los planteamientos de De Óleo Montero, cuando dice que no existe un perfil psicológico determinado de estas madres, ya que son diversas las razones por las cuales se toma la decisión de dar en adopción a un hijo. “Lo que sí podemos es enumerar las características sociodemográficas de estas mujeres según investigaciones realizadas: mujeres muy jóvenes, regularmente menor de 21 años, que no llegaron a concluir la educación escolar, un gran porcentaje trabaja en el servicio doméstico y proceden de familias monoparentales”, explica. Capellán también corrobora la opinión de Jessica Valdez, asegurando que los motivos que las llevan a regalar a sus hijos suelen ser problemas económicos, falta de apoyo familiar, ser madres solteras, el temor de afrontar sola la responsabilidad, abuso de la pareja o por violación.

“En estas motivaciones que impulsan a las madres a dar a sus hijos en adopción, podemos apreciar una falta de respuesta social que les brinde oportunidades socioeconómicas que les permitan velar por sus hijos. Precisamente, constituye uno de los motivos principales por los que regalan a sus hijos el no poder garantizarles una estabilidad económica, regularmente son madres que ya tienen varios hijos, con serias dificultades económicas que no le permiten cubrir las necesidades básicas de la familia”, puntualiza Vilma Capellán.

“Esta decisión genera muchas veces un sentimiento de pérdida que podría llevar a vivir diferentes fases de un proceso de duelo, donde podría experimentarse negación, enojo, culpabilidad, aceptación y resolución. Muchos de los padres siguen lamentando la pérdida del hijo a lo largo de su vida, pero con intensidad de sentimientos diferentes”.

Consecuencias en los niños a largo plazo

A juicio de Vilma Capellán, psicóloga clínica, cada niño adoptado tiene una historia, que se construye a partir de ciertas situaciones. Por ejemplo: la existencia de negligencia, maltrato o abandono antes de la adopción, la edad en que se realizó la adopción y el tiempo de institucionalización que vivió, todo esto hace de cada niño una persona con realidades particulares y diferentes formas de enfrentar la vida.

Existen ciertas problemáticas que podrían surgir a lo largo del ciclo de la vida de la persona adoptada, como son la inseguridad, sentimiento de pérdida, baja autoestima y miedo al abandono, lo que genera dificultades en la manera de relacionarse con los demás.

Sin embargo, la psicóloga recomienda un buen manejo de la adopción, unido a la acogida, paciencia, afecto, protección, cuidado y disciplina positiva que reciba de los padres adoptivos, todo ello permitirá crear un apego adecuado con estos padres, que les ayudara a ser feliz, sin existir diferencias significativas entre la vida de un hijo biológico y un hijo adoptado.

“La adopción es un acto de amor donde se decide elegir por voluntad propia a alguien indefenso, al cual se le dará todo el amor, cariño y protección que requiere para crecer física y emocionalmente saludable. Al momento de adoptar se da la oportunidad a alguien de ser amado y de amar”, subraya Capellán.

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