Sin profesores comprometidos no podía crearse la Universidad, ni mucho menos mantenerse como tal en el futuro. (…)

Entre esos consagrados de cuerpo y alma a nuestra institución sobresalió notablemente el Doctor Máximo Dobal Márquez, cuya fecunda labor pedagógica se ha seguido extendiendo eficazmente.
Hasta nuestros días, (…)

En el Doctor Dobal Márquez encontramos la figura del verdadero catedrático que vibra en las aulas y que se entrega plenamente a la docencia creativa. Formado en la más fina tradición hispanista-americana, Dobal ha practicado aquel principio que Unamuno acuñó con su trabajo: “Me propongo agitar e inquietar a la gente. No vendo pan, sino levadura”. Así, sus clases y exposiciones siempre han sido espectaculares, teatrales, llenas de dramatismo didáctico que logra impactar de una manera especial y que provoca una atención constante a sus expresiones, sus gestos, sus preguntas incesantes, sus dibujos en la pizarra, sus ocurrencias frente a las diapositivas y sus disparos a las conciencias, al intelecto y a la sensibilidad de sus alumnos. (…)
Este pedagogo innato, inquisidor, mordaz, cuestionador, crítico y demandante, también es el maestro capaz de expresar sus emociones y respetar las concepciones y actitudes de los estudiantes que se alejan de la mediocridad. Abierto, optimista, con fino y crudo sentido del humor, Dobal sentó cátedras entre nosotros …

Rafael Emilio Yunén, discurso en el acto de instauración de la Cátedra Carlos Dobal Márquez, 1999.

El lunes 15 de noviembre del año 1999 fue inaugurada la “Cátedra de Historia de la Cultura Dr. Carlos Dobal”, como sentido homenaje a la trayectoria de este profesor emérito, formador de generaciones.

La instauración de esta Cátedra fue el acto central de celebración del XXVII aniversario de las labores docentes en la universidad. De esta actividad a la fecha han transcurrido más de 15 años. Instaurada la Cátedra, y quizás por las prisas cotidianas y las emergencias, fue víctima del olvido.

Tuve la suerte de tomar varias asignaturas con el profesor Dobal. Me sorprendía su amplia cultura y su dominio del arte. Gozaba sus clases. Me ensimismaba escuchándolo. Siempre vestido de negro con su corbata y su camisa. Lleno de condecoraciones y reconocimientos, pero como hombre que dedicó su vida a la docencia, no tenía bienes materiales.

Fue durante toda su vida profesor de historia de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, mi Alma Máter. Sus obras más conocidas son: Santos y Santeros dominicanos (1973); Santiago ciudad victoriana (UNESCO, 1975); Antigüedades, arte y tradición en Santiago (1977); La verdad sobre Jacagua (1979); Poemas (1975); Divagaciones (1977), entre otras obras.

El Dr. Dobal Márquez, quien fue uno de los maestros que más influyó en mi formación universitaria, murió en el año 2011. Durante sus largos años de encierro debido a su enfermedad, lo visité varias veces a su residencia en la ciudad de Santiago, y siempre me decía con nostalgia que se había lanzado la Cátedra, pero no se le había dado continuidad. Me pedía con sus ojos que asumiera esa tarea.

Murió sin que supiera que su deseo fue cumplido. Honrando su memoria a los ocho años de su muerte, el Centro de Estudios Caribeños de su amada Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, relanza el próximo 24 de mayo la Cátedra Carlos Dobal Márquez.

Hemos invitado al profesor puertorriqueño, investigador de fuste y gran amigo Pedro Luis San Miguel, quien ofrecerá la conferencia magistral “Consideraciones intempestivas sobre los estudios caribeños”, que será impartida a las 10 de la mañana en el Auditorio de Ciencias e Ingeniería del campus de Santiago de la PUCMM, en Santiago de los Caballeros, la ciudad que tanto amó nuestro recordado profesor.

Con este acto satisfacemos la petición del profesor Dobal. Con este acto reparamos el olvido. Con este acto, sus alumnos, hoy hombres y mujeres de la tercera edad le agradecemos sus enseñanzas. Finalizo este artículo con una cita del discurso de su discípulo Rafael Emilio Yunén:

¿Cómo no homenajear en este día de júbilo académico a este gran santiaguero, dominicano y cubano que nos ha dado tanto? Sé, que para Carlos Dobal, aunque ha recibido muchas otras distinciones en su vida, no habrá mejor reconocimiento que este que le rendirá hoy su propia universidad. Una universidad que empezó su primer día de clases esperando la llegada de catedráticos que vinieran a compartir y a hacer una vida académica honesta, seria, responsable y digna. Eso lo logró Carlos Dobal desde el primer día y por eso hoy, solamente su presencia en el campus, nos hace sentir que estamos en una universidad que se enorgullece de su propia historia. Rafael Emilio Yunén.

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