El tabaquismo, el estrés, la obesidad, la genética y el uso de la ‘hooka’ son algunos de los factores que desencadenan los ataques cardíacos

Aunque a mayor edad se es más propenso a padecer un infarto al miocardio, cada vez son más los jóvenes menores de 45 años que mueren a causa de este mal, explica Pablo Abukarma cardiólogo del Centro Obstetricia y Ginecología.

“Los hombres tienen riesgo de padecerlo después de los 45 años y las mujeres a partir de los 55 años. Sin embargo, hay casos en los que un paciente de 18 años puede sufrir un ataque al corazón, lo que puede deberse a múltiples causas, entre los que se encuentran la genética, la edad, el sexo, el tabaquismo, el estrés, la obesidad, el sedentarismo, la hipertensión arterial, entre otros”, sostiene Abukarma.

Cuanto más factores de riesgo tenga una persona, mayores serán sus probabilidades de padecer una enfermedad del corazón, dice Abukarma. Algunos pueden modificarse y otros no, como la edad, el sexo y la herencia genética, pero cuando se controla el mayor número de factores de riesgo modificables como la obesidad, mediante cambios en el estilo de vida y/o medicamentos, se puede reducir el riesgo cardiovascular.

Factores

El tabaquismo es una de las causas más significativas en la incidencia de las enfermedades cardiovasculares: infarto al miocardio, hipertensión arterial, accidente vascular cerebral, arteritis de los miembros inferiores y trombosis. Estas enfermedades cardiovasculares se agravan en los fumadores. Según varios estudios, antes de los 45 años de edad, el 80 % de las víctimas de infartos son fumadores.

“Por ejemplo, la ‘hooka’ tiene un riesgo cardiovascular mayor que el cigarrillo en las personas. Desde el año 2000 hasta la fecha son más los jóvenes que la usan, exponiendo su sistema cardiovascular de inmediato”. Asimismo, la utilización frecuente de anabólicos entre los jóvenes sin un régimen de ejercicios puede provocar problemas cardiovasculares, indica Abukarma.

La anemia también incide en los ataques al corazón. “Si tienes una pérdida masiva de sangre no te va a llegar oxígeno a ninguna parte del cuerpo, lo que puede derivar en un infarto. Si la anemia es ‘paulatina’ da tiempo a controlarse”.

Para el cardiólogo existe una relación entre el estrés y la salud del corazón, ya que esta condición eleva la presión arterial.

Un estudio publicado en la revista American Journal of Cardiology señala que las personas estresadas tienen un 27 % de posibilidades de padecer una enfermedad al corazón y quedar hospitalizados, incluso, en casos muy extremos pueden morir a causa una enfermedad coronaria.

Otra investigación realizada por científicos del Centro Médico de la Universidad de Columbia, afirma que el riesgo de padecer enfermedades cardíacas por estrés era equivalente a fumar cinco cigarrillos por día. Esto sucede porque el estrés aumenta el nivel de hormonas en la sangre, lo que puede dañar al corazón.
Síntomas

Las manifestaciones clínicas de los factores de riesgo cardiovascular variarán dependiendo del tipo de factor de riesgo que tenga la persona.

Hay casos en la que los síntomas pueden empezar con un dolor en el pecho o disfrazarse de indigestión, náuseas, falta de aire o acidez estomacal. Otros con una incomodidad en el brazo, cuello, mandíbula, espalda o boca del estómago, mareos, cambios en el ritmo cardíaco y sudor frío súbito.

Mientras se va haciendo la oclusión en las vías coronarias el paciente no lo percibe, hasta que el proceso lleva un 50%, que es cuando inicia la sintomatología, manifiesta Abukarma.

Alimentación

Pablo Abukarma.

“Si bien es cierto que resulta difícil cambiar el estilo de vida saludable, todas las personas deben de optar por ello”, comenta el especialista.

Una dieta muy efectiva, asegura Abukarma, es la DASH, regimen alimenticio muy conocido por sus efectos positivos sobre la hipertensión arterial, el colesterol y la obesidad. Consiste en una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales. Por igual, incluye lácteos descremados, aceites vegetales de oliva, canola o girasol, frutos secos, semillas y pescados, todos ellos ricos en ácidos grasos mono y poliinsaturados (omega 3, 6 y 9).

Por el contrario, se limitan los alimentos ricos en carbohidratos refinados como las harinas blancas y azúcares provenientes de dulces y bebidas azucaradas, así como también las grasas saturadas presentes en cortes de carnes grasos, manteca, lácteos enteros, frituras y embutidos, entre otros productos.

Probabilidad
A diferencia de las mujeres, los hombres tienen de dos a tres veces más probabilidades de sufrir un infarto. Sin embargo, luego de la menopausia la mujer tiene los mismos riesgos.

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