Angustia y temor en Bajos de Haina por venta de terrenos

El contrato, que fue aprobado en el Senado, incluye la venta de 168,753 metros cuadrados por RD$202,503,840

Familias completas que han vivido de generación en generación en los predios donde funcionaba el ingenio Río Haina, están hoy aterradas de que sea aprobado un contrato de venta de 168,753 metros cuadrados, que incluye el terreno donde están construidas sus viviendas, las zonas de diversión del municipio, el cuerpo de bomberos y hasta el acceso a la playa.

Los barrios Bella Vista, El Gringo, Los Mangos, El Semillero, Vietnam, Villa Penca, Invi-Cea, el Bagazo y Las Caobas están dentro de ese territorio, donde habitan cerca de 50 mil personas.
El contrato incluye la venta de todos los inmuebles con todas las mejoras construidas, incluidos los almacenes y tanques ubicados en dichas instalaciones.

Los residentes sienten que les dieron un “palo acechao” la semana pasada, cuando la Cámara de Diputados puso en agenda el contrato para aprobar la venta de estos terrenos a la empresa Terminal Granelera del Caribe (Tegra) a un precio de RD$202,503,840, a 1,200 pesos por metro cuadrado.

Manuel Celestino es un hombre de 74 años, pensionado por el Consejo Estatal del Azúcar que está lidiando con los rumores desde el 2008.

“Yo vivo aquí desde el 1952 y que me digan que me van a sacar, yo pregunto a dónde me van a llevar. El Estado debería saber qué va a hacer con los pensionados. Yo di mi vida en el CEA, entré como un niño con 14 años y salí un viejo. ¿Tú sabes lo que es darle 32 años a una empresa? Es mi vida, y a cambio de qué. Yo al menos tuve eso. ¿Para dónde van a sacarme?”, le comentó a elCaribe, mientras daba un recorrido por El Centro, un barrio de Haina que alberga a los pensionados del CEA.

Historias como la de Celestino son recurrentes. Taureano Rodríguez es otro pensionado que trabajó como técnico azucarero en el ingenio y está indignado por el caso.

“No solamente es nuestra casa, esto va a lesionar la historia del pueblo de Haina y del surgimiento de Haina como comunidad industrial. Esa gente que quiere comprar los terrenos no es de Haina, no han puesto un pie aquí. Creemos que esto es una burla al pueblo de Haina y a nuestros hijos, que los educamos aquí”, se lamentó.

Neyda Martínez nunca ha vivido en otro lugar, el barrio Vietnam ha sido su casa. “Nadie nos va a pagar lo que hemos invertido aquí, mejorando las casas. Esta preocupación no nos deja dormir. Se dice en el barrio que nos van a desalojar, pero aquí estamos legal”.

Venta fue aprobada en el Senado

En septiembre del 2014, el Senado de la República aprobó la venta de los terrenos luego de que el Poder Ejecutivo lo sometiera en febrero de ese mismo año. Llegó a la Cámara de Diputados en marzo del 2015. A la fecha no ha sido aprobado, pero la Comisión de Contrato ya rindió un informe favorable.

“Cuando lo envían a la Cámara de Diputados es que nos damos cuenta del problema. El pueblo de Haina estaba ajeno a todo eso”, afirmó el presidente del Consejo para el Desarrollo Integral de Haina (Codinha), Víctor Manuel Báez.

Pero la historia de estos terrenos es larga. En el primer Gobierno del presidente Leonel Fernández, cuando se inició el proceso de privatización de las empresas del Estado, las instalaciones del ingenio fueron arrendadas al Consorcio Azucarero del Caribe (Conazucar).

“Cuando los mexicanos fracasaron en su administración y el ingenio cesó las operaciones oficiales, en ese trayecto ganó Hipólito Mejía la presidencia y en el 2002 se hizo un contrato de arrendamiento con la Corporación Avícola del Cibao (Pollo Cibao) por la suma de US$300 mil anuales por 27 años”, rememoró Víctor Báez.

Pero en el 2008 Tegra inició la negociación para comprar los terrenos.

En agosto del 2010 el consejo de directores del CEA autorizó la venta de 11 expedientes respecto a las parcelas numeradas 207, 209, 216, 250, 253, 254 y 258 del distrito catastral 8. Al año siguiente, en 2011, el director del CEA de ese entonces, Enrique Martínez, dispuso que se incluyeran las parcelas 244, 245, 246, 247, 248, 249 y 255, por lo que los metros cuadrados aumentaría a 176,033.

No obstante, cuando el Poder Ejecutivo en agosto del 2011 dictó el poder especial 168-11 sólo autorizó al CEA a vender los 168,753 metros cuadrados sometidos al principio.

A la firma del contrato en abril del 2012, Tegra había pagado RD$129,280,775, el resto debía ser pagado en dos partes de RD$36,611,532 el 1 de agosto del 2012 y el 28 de febrero del 2013, respectivamente.

Trabajadores tienen títulos

Dentro de los acuerdos comandados por la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (CREP) que firmó el CEA con los sindicatos de trabajadores, las iglesias y los centros deportivos las viviendas pertenecerían a los trabajadores que vivían allí en ese momento.
Alejandro Arias, que trabajó por 25 años en el ingenio, fue uno de los empleados que firmó el acuerdo.

“Yo entré en 1975 y salí en el 1999 cuando cerraron y entraron los mexicanos. Hipólito nos dio un título provisional que luego Leonel desconoció por razones políticas cuando volvió, pero en el acuerdo que se firmó nosotros éramos los beneficiados” explicó.
Pero los trabajadores que no residían en casas u hoteles del CEA, también empezaron a construir en el terreno baldío de los alrededores.

Eusebio Amador, presidente de la Junta de Vecinos del Barrio El Gringo abunda sobre el tema. “En el Gobierno de Hipólito, a las personas que estaban ocupando las casas que eran del ingenio, se les dio la estructura, pero se les puso a pagar 100 pesos por metro. La mayoría hemos pagado, pero encima de eso, también Hipólito hizo una donación por decreto. Nosotros no estamos ilegales, estamos por la regla. Lo que quiere decir, que los que no compramos nos amparó el decreto del presidente. Aquí se le entregó el pergamino a cada persona con el título provisional, que nos avala”, aseguró el dirigente comunitario.

Pero también hay desconocimiento entre residentes, ya que a nadie le han mostrado específicamente los límites donde termina la tierra envuelta en el contrato.

“Lo que estamos seguros es que se va el play donde los muchachos juegan pelota, el parque, los bomberos y todos los barrios que se han urbanizado por aquí”, aseveró Rafael Santiago Germán, en representación de 11 juntas de vecinos. “Llevarse toda esa porción de terreno es desalojar a Haina entero”.

Diputados dicen terrenos se pueden aprovechar

El diputado peledeísta por San Cristóbal, Orlando Espinosa, consideró que los beneficios de esos terrenos deberían recaer en las generaciones de trabajadores que dieron su vida por el ingenio.

“Hay muchos temas dentro de esa venta que deberían ser aclarados. Ahí hay parcelas que no van a ser utilizadas por las granjeras y que están siendo habitadas por personas muy pobres que fueron empleados del ingenio y sus descendientes”.
Junto a Espinosa, los diputados Tulio Jiménez, Jaqueline Montero, Catalina Estela Paredes y Josefina Tamales cuestionaron que no se haya consultado a la comunidad de los Bajos de Haina para dicha venta debido a que los terrenos forman parte del patrimonio histórico de esta zona.

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