El Premio Nacional de periodismo 2017, fue otorgado a Don Osvaldo Santana, director del periódico elCaribe, por sus aportes al periodismo dominicano en 45 años de ejercicio.

El premio ha motivado dos corrientes de adhesión. La primera en relación a la pertinencia del mismo; la segunda en torno al discurso de aceptación, el cual giró sobre la libertad de expresión y la despenalización de los delitos de prensa.

Don Osvaldo Santana empezó a trabajar en la década de los 70, en radio y redacciones de periódicos, tales como El Sol, bajo la dirección del legendario Radhamés Gómez Pepín, en una época en la cual, Don Osvaldo, era considerado “medio comunista”.

En la actualidad, Don Osvaldo Santana dirige elCaribe, uno de los más importantes diarios nacionales, impartiendo lecciones diarias de buen periodismo, con una línea editorial objetiva e informaciones actualizadas y punzantes.

A esta faceta profesional se le suman la de ciudadano de ideas progresistas (residuos de su “izquierdismo” de los años 70), responsable de sus deberes y la de hombre solidario.

El segundo punto, relativo al discurso de agradecimiento, contiene afirmaciones interesantes. Por ejemplo, para Don Osvaldo el ejercicio del periodismo en el país no tiene el nivel de peligro de otras latitudes, para él “aquí, esos tiempos han quedado atrás y disfrutamos de un ambiente de libertad y tolerancia”, siendo “nuestra limitación más significante (…) la falta de acceso oportuno a la información y un bajo nivel de exposición del Presidente ante los medios de comunicación”.

Su discurso contiene afirmaciones como estas: “La libertad de expresión seguirá siendo fundamental. Sin ella, las demás libertades no tendrían posibilidades para establecerse, porque la libertad de expresión es la base para la construcción de ciudadanías”, lo cual es cierto.

Más adelante reiteró su solicitud de despenalizar los delitos de palabra, lucha en la cual tiene años, con estas reflexiones:
“Los dominicanos daríamos un paso hacia adelante si introducimos reformas a la ley 6132 sobre libertad de Expresión y Difusión del Pensamiento y al Código Penal, nueva o vieja versión, para eliminar la prisión por los delitos de palabra, toda vez que su vigencia constituye una amenaza a la libertad de expresión.

La existencia en algunos países, entre ellos República Dominicana, de un régimen de sanciones que incluye la prisión por el ejercicio del derecho a la expresión constituye una rémora que debe ser superada. La sanción penal por los delitos de palabra es un anacronismo que no se compadece con la democracia que los dominicanos tratamos de construir en estos tiempos”.

Y más adelante afirmó que: “A fin de cuentas, la prisión por delitos de palabra es absolutamente inútil como señaló recientemente un tribunal de la República Dominicana. Lo que debe robustecerse en el país es un régimen de sanción civil por daños y perjuicios a las personas cuando efectivamente hayan sido víctimas de difamación o de injuria”.

Estas ideas generaron un gran apoyo, al cual nos sumamos. Y sobre el premio: ¡Felicidades Don Osvaldo, bien merecido el mismo!

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