Doctor Rufino Otilio Meléndez

Conocido a principios del siglo XX, como el médico de Santa Bárbara, nació en Santo Domingo el primero de noviembre del 1872. Era hijo natural, de padre puertorriqueño, quien durante el embarazo, abandonó a su madre, Francisca Urraca. Nació…

Conocido a principios del siglo XX, como el médico de Santa Bárbara, nació en Santo Domingo el primero de noviembre del 1872. Era hijo natural, de padre puertorriqueño, quien durante el embarazo, abandonó a su madre, Francisca Urraca. Nació en la casa que la madre poseía y tenía como negocio en la calle San Antón, en el sector de Santa Bárbara. Asistió a las escuelas de la zona, como las de los señores Soto y Demallistre.
Luego se trasladó a la calle Mercedes, a la escuela del Sr. Sánchez, de donde salió preparado para ingresar a la Escuela de Bachilleres, que dirigía el insigne educador Eugenio María de Hostos. Se graduó de maestro normal en el 1895. Y al año siguiente ingresó al Instituto Profesional, para estudiar la carrera de Medicina. Recibió su título de licenciado en Medicina y Cirugía en el 1901, de manos del rector del instituto, monseñor Fernando Arturo de Meriño.

Durante sus estudios, se mantenía en parte ejerciendo como maestro, en la escuela preparatoria que gestionaba el Sr. Pantaleón Castillo, y en parte por la ayuda económica que le brindó el Dr. Felipe Urraca, quien era médico del presidente Ulises Heureaux. Junto a él se graduó su primo Carlos Urraca, hijo del Dr. Urraca, y quien ejerció por pocos años, pues padeció de trastornos mentales que le impidieron ejercer, y tuvo que ser ingresado en el Manicomio de Santo Domingo. Durante sus estudios, realizaba prácticas en el Hospital Militar, que era el único centro en la ciudad de Santo Domingo, con capacidad formativa por el número de pacientes que asistían allí. Tras su graduación se trasladó, por invitación del padre Betancourt a ejercer en la común de Guerra. Allí se entregó a sus pacientes, con gran éxito profesional. Sin embargo tras unos meses, decidió volver a la ciudad de Santo Domingo a ejercer, aunque visitaba frecuentemente Guerra, para seguir dando atenciones a los pacientes y relacionados que allí tenía. Instaló su consultorio en la calle Arzobispo Meriño esquina San Antón, en el sector de Santa Bárbara. Siempre tuvo fama de buen médico y de ejercicio desprendido y filantrópico.

De hecho, en uno de sus viajes a Guerra estuvo a punto de ahogarse en el sitio conocido como la Laguna de Pomarrosa.

Durante el gobierno de Ramón Cáceres, fue nombrado médico del Puerto de Santo Domingo, posición importante y de alta responsabilidad. Allí laboró junto al Sr. Alejandro Martínez, quien era sastre, y que luego estudió Medicina y ejerció en Santo Domingo. Renunció a ese cargo para concentrarse en su práctica privada. En el 1917, abrió una farmacia, llamada Farmacia Lourdes, en la calle del Comercio, hoy Isabel la Católica. En esa empresa se asoció con el venezolano Juan Parra, quien ejercía de farmaceútico. En ese local, preparaban medicinas que adquirieron fama en la ciudad, tales como el Jarabe de Suero, el Mentol Lourdes y otras. En esa farmacia tenía un consultorio para personas pobres.

Se dice que todos lo habitantes del sector Santa Bárbara y la calle La Marina, acudían a él. Su casa estaba en la Avenida Capotillo, hoy avenida Mella, y allí fundó el Teatro Capotillo, destruido durante el ciclón de San Zenón. En el 1924, se le confirió el grado Mayor Médico del Ejército Nacional. En el 1925, en diciembre, y durante una gira hacia Bayaguana, acompañando al presidente de la República, Horacio Vásquez, sufrió de un edema pulmonar, que le fulminó en minutos. Fue trasladado a la Fortaleza Ozama, luego velado en su casa, y más tarde enterrado en el cementerio de la Avenida Independencia.

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