Puerto Rico tiñe de rubio la final del CMB

Puerto Rico tendrá una nueva oportunidad, con más experiencia y ante otro rival. La encarará también con un distinto color de cabello, recordatorio de que la unidad y la determinación no se negocian.

Puerto Rico tendrá una nueva oportunidad, con más experiencia y ante otro rival. La encarará también con un distinto color de cabello, recordatorio de que la unidad y la determinación no se negocian.La revancha se tiñe de rubio. Por segunda vez consecutiva, la selección boricua avanzó al encuentro por el título del Clásico Mundial de Béisbol, tras superar el lunes 4-3 a Holanda en una semifinal que requirió de 11 innings para dirimirse. Eddie Rosario elevó un globo corto de sacrificio al jardín central para remolcar a Carlos Correa con la carrera de la victoria.

Correa tenía apenas 17 años cuando Puerto Rico perdió aquella final, de la que fue distante espectador. Ahora su aporte ha sido clave. “Cuando pienso en esto me emociono, trato de calmarme, respirar hondo y concentrarme en lo que hago”, reconoció. “Es algo que ensayamos diariamente, así que vamos a hacer bien las cosas al final”.

Los boricuas, que se tiñeron las cabelleras para disputar este torneo en una muestra de unión, saltaron sin parar una vez que concluyó el tenso duelo de 4 horas y 19 minutos. Y en el graderío, numerosos fanáticos vestidos de rojo, blanco y azul desataron la escandalera con cencerros, maracas, trompetas y silbatos.

Kike Hernández, quien juega para el conjunto de los Dodgers de Los Ángeles, enarboló una bandera de Puerto Rico, y corrió por todo el terreno. Lo mismo hizo Hiram Burgos.

“Esto significa mucho, porque los puertorriqueños pasamos actualmente por una situación muy difícil, y nosotros podemos unir al país”, consideró Correa, quien disparó un vuelacerca de dos carreras en el primer inning. T.J. Rivera sonó otro en solitario con dos outs en el segundo, para dar la ventaja provisional de 3-2 a Puerto Rico.

Pero el duelo requirió que se aplicara la regla que coloca a corredores en primera y segunda por cada equipo a partir de la undécima entrada, a fin de agilizar el desempate. Y los boricuas, a diferencia de Holanda, aprovecharon su oportunidad. Han superado a sus rivales por 55-18 y marchan con una foja de 7-0.

Con la casa llena, Curt Smith pegó un roletazo para doble matanza, con lo que Puerto Rico conjuró la amenaza holandesa en la parte alta de la undécima entrada. En total, Puerto Rico convirtió tres veces el doble play en el encuentro.

La labor defensiva de Yadier Molina como receptor salvó a Puerto Rico de un potencial grand slam en el primer inning. Un cuadrangular de Wladimir Balentien ayudó a que Holanda tomara la ventaja sólo por 2-0.

Fue uno de los pocos momentos en que los seguidores vestidos de anaranjado en el graderío pudieron celebrar.

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