El guion, el punto débil del cine dominicano

Llevar una historia al cine es una tarea en la que converge un conjunto de elementos que permitirán apreciar como resultado una obra que, partiendo de la creación de un guion, puede ser calificada de diferentes maneras.

Llevar una historia al cine es una tarea en la que converge un conjunto de elementos que permitirán apreciar como resultado una obra que, partiendo de la creación de un guion, puede ser calificada de diferentes maneras.Es precisamente el guion cinematográfico el punto de partida y uno de los elementos más débiles y preocupantes en la industria local actualmente.

“El guion es uno de los problemas”, explicó al periódico elCaribe el crítico de cine y escritor Armando Almánzar. “Aquí prácticamente casi nadie escribía guiones, y ¿qué sucede? Ahora, tú ves una película que con todos sus números y sus letras no es un guion; el que escribió El Plan Perfecto, por ejemplo, no sabe que lo más elemental es empezar una por el comienzo, como es natural, desarrollar esa idea y terminarla de una manera normal”, agregó. Almánzar aseguró, además, que la mayor parte de los largometrajes se están haciendo de esa manera porque en la República Dominicana nunca ha existido una escuela para escribir guiones, ni gran preocupación en ese aspecto, por lo que en los mismos obvian cosas tan simples y elementales como aflojarle la corbata a un hombre trajeado cuando este “se pone malo”.

Sin embargo, el Premio Nacional de Literatura 2012 observó que la industria del séptimo arte en el país está progresando, tomando en cuenta que es una industria en desarrollo en comparación con otras naciones que tienen hasta un siglo haciendo cine.“Nosotros (los dominicanos) tenemos ciertas destrezas. ¿Que no sepamos escribir? eso es otra cosa, pero si encuentran un tema interesante y alguien se lo escribe, un guion que valga la pena, pueden asegurar la película. Pero como aquí casi no hay guionistas, vamos a tener que seguir esperando que aparezcan personas que sepan escribir guiones, y sobre todo que cuando estén haciéndolo, no piensen solamente en si va a hacer dinero o no…, es si va a contar algo interesante, edificante, que tenga valor y valores, que sea en beneficio de este país, no esas cosas como Tubérculo (ambas)”, indicó el crítico de 81 años.

Buenos y malos

El también novelista resaltó que si se tuviese que hacer una lista de las películas dominicanas calificando el guion, “casi todas salen como peor”; y exhortó a los actores, productores, directores y guionistas, como Archie López, Alfonso Rodríguez y Roberto Ángel Salcedo, a revisar lo que están escribiendo y llevando a la pantalla grande, asegurando que sí es posible hacer buenos guiones para llevarlos al cine. A su vez, consideró como un avance que tanto Archie y Alfonso estén explorando otros géneros con Luis y El Encuentro, respectivamente.

Entre los guiones que calificó como “buenos”, entre otros que no recordó, están Dólares de arena, de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas; La Gunguna, de Miguel Yurull; Pasaje de ida, de Agliberto Meléndez; Jaque Mate, de José María Cabral y César León López; Código Paz, escrito por Pedro Urrutia, y ¿Quién manda?, de Daniel Aurelio y Ronni Castillo, la cual describió como “una formulita que han utilizado los americanos mil veces, pero que funciona”.

Lo que le falta

Armando Almánzar aseguró que a los guionistas dominicanos les está faltando imaginación, capacidad creativa, conocimiento y cierto nivel de cultura.

Por otro lado, el cineasta de 28 años, José María Cabral, consideró que al guion cinematográfico en la República Dominicana le pudiese faltar algo, pero no a nivel general. “Por ejemplo, Andrés Farías tiene dos años con un guion, pero también tiene dos años viajando con él haciendo doctorado, por lo que él no entra en el caso de los que les falta porque se está preparando. Yo creo que es cuestión de tiempo y preparación; ir a talleres, hacer cursos, leer guiones, ver películas, etc.”, indicó.

El también director considera que se puede hablar de avance en los guiones que se están llevando a los teatros, no solo porque se están explorando géneros, sino también nuevos estilos e ideas y que hay proyectos que se están arriesgando un poco más y buscando cosas locales que puedan ser universales.

Otro que se ha arriesgado en buscar cosas nuevas para llevarlas al cine es el documentalista René Fortunato con Patricia: El regreso del Sueño, su primer largometraje de ficción. Ha participado en talleres de dramaturgia y guion cinematográfico, impartidos por Gabriel García Márquez y Juan Tovar en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños en La Habana, Cuba, como parte de su preparación.

El documentalista, de 59 años, explicó que para escribir ese guion, con la colaboración de varios amigos, utilizó los recursos emotivos, hilarantes y dramáticos que ofrece el universo ficticio. “Coincido con todos aquellos que señalan el guion como uno de los aspectos del cine dominicano que deja mucho qué desear. Esto, en cierta medida, es comprensible en vista de que esta es una industria incipiente y que muchos aspectos lamentables de las películas que se hacen se irán superando en el camino”, indicó.

Fortunato dijo que el cine local ganará mucho en calidad cuando incorpore a la industria, específicamente en el área del guion, a los profesionales de la palabra, escritores profesionales, dramaturgos, novelistas, cuentistas, dialoguistas, supervisores dramáticos y correctores de estilo, entre otros.

Una mejoría al final del tunel

Desde el año 2012, la Dirección General de Cine (DGCINE), ha puesto mucha atención en esta parte neurálgica de la cinematografía dominicana, especialmente a través del renglón Escritura de Guion de Largometrajes de Ficción, del concurso anual del Fondo para la Promoción Cinematográfica (FONPROCINE), el cual premia otras áreas.

Según explica en su portal digital la DGCINE, el principal objetivo de este fondo es disponer de apoyo económico para la creación de nuevas obras cinematográficas y audiovisuales, así como la oportunidad para que nuevos talentos puedan desarrollarse a través de la creación de estas obras. De acuerdo a Alexandra Guerrero, encargada del Sistema de Información y Registro Cinematográfico de DGCINE, un total de 16 guiones de largometrajes, entre ficción y documental, han ganado en el FONPROCINE, y de éstos, cuatro ya han sido llevados a la pantalla (Dólares de Arena, De Pez en Cuando, Nana y Reporte Allen). Mientras que tres películas, que están sustentadas con guiones de este concursos de DGCine, tienen pautadas fecha de estreno este año (Reinbou, El Hombre que Cuida y Sambá) y dos se encuentran en postproducción. Las demás están en fase de pre-producción o desarrollo.

Sin embargo, Armando Almánzar entiende que “la gente que escribe literatura, cuentos y demás la tiene difícil. Los que están patrocinando, que ponen el dinero, saben dónde la inversión está garantizada”, explicó.

Intereses
“Evidentemente la mayoría de los guionistas de aquí lo que quieren es que les inviertan y ganar dinero”, A. Almánzar

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