Ante una réplica de don Lidio Cadet

Lidio Cadet ha replicado mi artículo “Esta vez la fractura es diferente”, atribuyéndome el pecado –para mi capital– de falsear las palabras que dijo a la prensa al expresar que son abstractas las informaciones de las indagatorias que se…

Lidio Cadet ha replicado mi artículo “Esta vez la fractura es diferente”, atribuyéndome el pecado –para mi capital– de falsear las palabras que dijo a la prensa al expresar que son abstractas las informaciones de las indagatorias que se hacen en el exterior sobre los sobornos y sobrevaluaciones de Odebrecht en el país.

Para decir que no dijo lo que dijo, don Lidio cita la misma información que yo leí del Hoy del 27 de diciembre, y que reza: “… hay una investigación en abstracto… Ha sido muy abstracto en el sentido de que no podemos actuar en el aire”, expresó Cadet, citado por el Hoy.

Fue tan clara la intención de don Lidio de abstraer el tema, que la crónica fue titulada: “Lidio Cadet: es muy abstracto lo dicho sobre RD en caso Odebrecht”. Quizás el don se confundió porque junté su abstracción con una información del Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo.

Dijo Flavio Darío Espinal, según cita textual de El Nacional del 26 de diciembre: “Yo leí el acuerdo (…) con la Fiscalía de Nueva York, y en lo que tiene que ver con República Dominicana lo que dice es que ellos dieron de soborno 92 millones de dólares a un intermediario, pero no hay una especificación, y de esa investigación ya no va a salir nombres, porque ya ellos cerraron el caso”. El vespertino tituló: “Callarán nombres soborno US$92 millones Odebrecht”.

Como no vi desmentido de los funcionarios, analicé: “Desde que el escándalo sonó aquí, representantes del gobierno empezaron a manejarlo mal. El Consultor Jurídico de la Presidencia, Flavio Darío Espinal y el titular de Ética e Integridad Gubernamental, Lidio Cadet, declararon que la justicia norteamericana no mencionó nombres y que había cerrado el caso, que por demás resultaba abstracto. Como quien dice, que eso moría ahí”.

En la escuela en que aprendí algo del debate público es prohibido apoyar argumentos en falsedades. No por acatamiento de preceptos de moralismo huero, sino por eficacia del discurso. Por eso nunca un texto redactado por mí ha sido refutado con base.

Como mi afirmación sobre lo dicho por don Lidio está basada en citas textuales de El Nacional y Hoy, sorprende su pregunta sobre si mi conciencia estará tranquila.

Si, como sospecho, hay en esa pregunta la pretensión de descalificarme política o personalmente, exhorto a don Lidio a hablar con claridad, pues quizás de lo que él exponga puede salir luz que nos ayude a entender situaciones que no se ven, pero que son más importantes que las que se ven, como decía Martí.

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