Día a día

“Oiga, usted debe subir el vidrio, que con esos aretes y collar la pueden atracar”, me observó una vez un amable conductor vecino de un tapón. “Son bisutería y de la más barata, pero gracias, muy pertinente su observación, pudieran confundirse&

“Oiga, usted debe subir el vidrio, que con esos aretes y collar la pueden atracar”, me observó una vez un amable conductor vecino de un tapón. “Son bisutería y de la más barata, pero gracias, muy pertinente su observación, pudieran confundirse con oro”, le respondí y subí mi ventana. Una muestra simple de cómo la delincuencia impacta la cotidianidad nacional. Joyas, celulares, laptops, tabletas, dinero, nada de eso pueden las personas llevar consigo habitualmente sin pecar de temerarias. Tal como ha puntualizado elCaribe, vivimos con miedo de salir a divertirnos. Cuando nuestros hijos están fuera de casa, el nerviosismo y la preocupación por la inseguridad callejera nos mantienen al borde de un infarto. ¿En qué nos hemos convertido?

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