La fundación “Alam Cabrera, un pedacito de cielo”, brinda apoyo psicológico y psiquiátrico a las personas que han intentado suicidarse, así como a las familias que han perdido a un ser querido debido a esta causa.
Luz Bethania Antigua, presidenta de la fundación, explica que la entidad nace luego de que su hijo, Alam Cabrera, se suicidara en el 2011, debido a una depresión crónica que padecía. Entendió que ella fue el ser que Dios eligió para ayudar a evitar que otras personas decidieran terminar con vida.
Antigua dijo que la fundación se creó con el propósito de brindar orientación y apoyo a aquellas personas que padecen enfermedades emocionales y “del alma” y que no cuentan con los recursos necesarios para poder recibir la asistencia de profesionales de la salud mental, ya que los servicios de estos especialistas de la conducta resultan bastante costosos, y los seguros públicos y privados no garantizan una cobertura efectiva para tratar la condición mental por la cual atraviesa la persona afectada.
La fundación Alam Cabrera, un pedacito de cielo, nombre que lleva en honor al hijo de Antigua, está ubicada en el sector El Millón y funciona desde hace año y medio, sin la ayuda de ninguna institución gubernamental. Cuenta con el apoyo de seis psicólogos y dos psiquiatras, quienes brindan asistencia de manera gratuita, no solo a las personas que han intentado terminar con su vida, sino también a sus familiares, quienes atraviesan por una situación difícil viendo a su pariente sumirse en este flagelo, que no tiene elección de sexo ni edad.
La institución cuenta con un “call center” que ofrece atención a personas que no saben manejar la situación emocional por la que atraviesan, además de darles soporte a quienes han intentado suicidarse por cualquier motivo, y que ya visitan la fundación.
Según datos, más de 800 mil personas mueren cada año por suicidio, y esta es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que por cada adulto que se suicida, posiblemente más de 20 han intentado quitarse la vida.
“La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, los familiares deben tomarse en serio todas las amenazas de la persona cuando expresan su deseo de quitarse la vida. Los intentos de suicidio siempre deben tomarse en serio y se debe hacer una consulta siquiátrica inmediatamente. Es un problema grave que indica una perturbadora dolencia. No hacerles caso y verlo como un acto para llamar la atención puede tener consecuencias irreparables”, sostuvo la presidenta de la fundación.
Las conductas suicidas pueden acompañar a muchos trastornos emocionales como la depresión, la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Más del 90% de todos los suicidios se relacionan con trastornos emocionales profundos u otras enfermedades siquiátricas. Otras personas deciden poner fin a su vida por deuda económica, infidelidad o vergüenza debida a cualquier situación que la sociedad estigmatice”, expresó Luz Bethania Antigua.
Recomendación
Los familiares de las personas que han cometido un intento de suicidio fallido a menudo se culpan, o en ocasiones se enfadan mucho con la persona enferma, ya que ven el intento o el acto como una actitud egoísta. Sin embargo, cuando las personas tienen una conducta suicida, con frecuencia piensan, erróneamente, que les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo, y esta creencia irracional los lleva a tener este comportamiento.
