Consecuencias de mantenerse en la zona de confort

Mantenernos en un espacio o determinada situación, que muchos veces no abandonamos por miedo, hace que perdamos la oportunidad de enfrentarnos a nuevos retos, vivir nuevas experiencias, e incluso conocer gente nueva.

Mantenernos en un espacio o determinada situación, que muchos veces no abandonamos por miedo, hace que perdamos la oportunidad de enfrentarnos a nuevos retos, vivir nuevas experiencias, e incluso conocer gente nueva. “No abandonar jamás el entorno conocido hará que disminuyan progresivamente nuestras habilidades, y que nuestras expectativas se reduzcan cada vez más. Y esto no sería tan grave si no fuera porque con esa actitud a veces también podemos ver mermada significativamente nuestra capacidad para ser felices”, es la consideración de Olga María Renville, especialista del centro Psicológicamente.

La psicóloga asegura que las personas que se niegan a salir de su zona de confort, habitualmente ante el miedo a la frustración, y para evitar el estrés que representa el desafío, deciden proponerse metas que requieren muy poco esfuerzo, o pocos movimientos en su vida. Que son alcanzables tan fácilmente y de manera tan temprana, que rápidamente dejan de hacerles ilusión, desvaneciéndose gradualmente esa pequeña dosis de felicidad que les había proporcionado.

Entre las principales consecuencias que tiene no salir de nuestra zona de
confort se encuentran:

  • Experimentar una amplia gama de emociones negativas, destacando entre ellas la tristeza, la apatía y la frustración, debido a que si bien la persona que permanece en su zona de confort no arriesga, tampoco gana nada, perdiendo así una potencial tasa de refuerzos positivos que nos motivan cada día.
  • Reducción de los niveles de autoestima por no afrontar nuevos retos.
  • Sentimiento (y en cierta medida realidad) de limitación personal; el individuo percibe que no crece personalmente. En muchas ocasiones lo verbaliza como sensación de estancamiento.
  • Falta de habilidades para resolver problemas y tomar decisiones. La persona siente que sus habilidades van mermándose, pues al no tener que enfrentarse a nuevos retos no tiene que decidir nada, por lo que no puede calibrar su capacidad para resolver problemas.
  • Problemas sociales o de pareja; mientras que él no crece, su entorno puede que sí lo haga, pudiendo aparecer conflictos por no tener retos ni intereses en común. Este hecho en algunos casos puede conducir al aislamiento.
  • Sensación de aburrimiento; sienten que necesitan un cambio en su vida, pero no saben qué hacer para conseguirlo.

Consejos para salir de la zona de confort

Las características personales hacen que salgamos más o menos de nuestra zona de confort, y los estudios sobre el ciclo vital y las emociones muestran que la edad es una de las variables más relevantes a este respecto. Cuando somos jóvenes tenemos ganas de expandirnos, de que nuestra existencia modifique el medio, porque estamos seguros de poder cambiar el mundo, y nos permitimos más concesiones para salir de nuestra zona de confort a cambio de asumir ciertos riesgos. Sin embargo, a medida que nos vamos haciendo mayores, las personas preferimos asegurar lo que hemos conseguido, antes que buscar nuevos méritos.

Pero si bien en determinadas etapas de la vida o circunstancias es mejor sentirse seguros, conservando lo que tenemos y manteniendo nuestro nivel de calma y bienestar personal, refugiándonos en nuestro área de confort, no salir nunca de ella, como hemos explicado, puede tener consecuencias muy negativas, por lo que le ofrecemos algunos consejos para ayudarte a perder el miedo y salir de ese entorno protegido en el que a veces nos encerramos:

  • Asume que la vida tiene sus riesgos, y que no se trata de no decidir, sino de elegir la solución ‘menos mala’ en cada caso.
  • Acepta los sentimientos de ansiedad e inseguridad como parte de la evolución vital del ser humano.
  • Relativiza tus pensamientos negativos que buscan inmovilizarte.
  • Plantéate nuevos retos, y sub-retos que te dirijan a los mismos. Aunque sea muy poco a poco, felicítate por avanzar, pero continúa avanzando.
  • Conciénciate de que los cambios conllevan incertidumbre y de que esta sensación no es mala, sino que te ayuda a prevenir posibles errores.
  • Plántale cara a tu vida: ¿es así cómo esperabas verte? Si no es así, constrúyete un plan de futuro con objetivos a corto, medio y largo plazo.
  • Cuando no te sientas capaz de hacerlo tú mismo, recuerda que la psicoterapia es un procedimiento eficaz para ayudarte a salir de tu zona de confort. Un psicoterapeuta puede ayudarte a tomar conciencia de tus miedos o inseguridades ayudándote a descubrir aquellos retos a los que te da miedo mirar.

Qué es la zona de confort

La zona de confort es un término empleado para referirnos a una serie de límites que la persona se ha impuesto a sí misma o ha aceptado como estilo de vida para evitar asumir riesgos y garantizarse la ausencia de miedo o ansiedad. La zona de confort ha sido definida como “un estado de comportamiento en el que la persona actúa desde una postura de ansiedad neutral, llevando a cabo una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de rendimiento sin sentido del riesgo”.

Permanecer en la zona de confort puede significar que se obtendrá un bienestar derivado de la ausencia de la experiencia de emociones negativas, como el miedo, la ansiedad o la incertidumbre, ya que la zona de confort actúa como un refugio que nos hace sentir seguros por tratarse de un entorno bien conocido por nosotros, aunque no siempre sea sano emocional y psicológicamente.

Nuestra zona de confort engloba todo aquello que solemos hacer y no nos da miedo (por ejemplo, aceptar solo un tipo de trabajos, menos cualificados, o mantener una relación de pareja tóxica, por miedo a estar solo), así como estar con las personas que convivimos o nos relacionamos, y en cuya compañía nos sentimos seguros a pesar de que no cumplan nuestras expectativas.

Saber
Los seres humanos regularmente buscamos estar en comodidad con lugares, personas, cosas y experiencias que vivimos a diario. Sin embargo, cuando se trata de lograr mejores resultados, quedarse en la zona de confort es negativo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas