Se puede hablar

Pasó el 16 de agosto, una fecha que provoca comportamientos huidizos dignos de un documental y hasta de una nominación al Oscar. Hasta que el Presidente no se juramenta y emite los primeros decretos, se percibe una parálisis en el país. Ya todo eso es historia. Es hora de que las diferentes fuerzas enciendan los motores hacia el porvenir, porque República Dominicana tiene tareas pendientes que solo se cumplen con planificación y trabajo duro. El gobierno debe ejecutar los planes. La oposición, de su lado, ha de jugar su rol de vigilancia, y a veces de acción. Siempre con equilibrio, respeto y apego a las normas. La población espera acción concreta. Para eso fueron elegidos.