La comedia romántica, como esta película, suelen ser reconocidas y aceptadas por el gran público debido a que su combinación de personajes, componentes, conformidades e instrumentos narrativos son tan genéricamente usados por el cine comercial que caen en el cliché. Pablo Diuk es un guionista argentino al que le han encargado escribir una comedia romántica que se filmará en España, pero ¿cómo hacerlo cuando su propia experiencia amorosa es un desastre? Así (en dos tramas paralelas: una en Madrid y la otra en Buenos Aires) los personajes de la ficción lucharán contra el espíritu de su creador y Pablo utilizará la ficción como un ajuste de cuentas, como un lugar de refugio frente a los desastres de su vida cotidiana. Pues bien, el trabajo intelectual de un guionista, de cualquier guionista, es pocas veces apreciado por quienes le contratan y aún por sus iguales, pero además el producto, el guión, una vez filmado no sirve para más nada, a excepción, claro, de que sea tan bueno que productores de grandes industrias del cine como la estadounidense, lo compre para un remake (volver a filmarlo) y nada más se aprovecha el casi siempre jugoso cheque (casos hay que se han vendido hasta por dos millones de dólares). El guión de esta película puede que haya mucha gente que es simple, pero por supuesto, porque la simplicidad y no la petulancia es lo que debe primar en las historias. Es seguro que siempre hay baches narrativas, situaciones sinuosas en las que las soluciones son mentecatas, tal las de conclusiones escénicas de grandes obras del cine que al verla por segunda vez es que se advierten. Lo interesante que nos muestra este filme es su fenomenal manejo de la elipsis (supresión de algún acontecimiento dentro de la linealidad temporal de la historia) que es una herramienta básica en las comedias de este tipo como es lo del “flechazo de cupido” en el inicio del filme, luego en la siguiente media hora viene el conflicto con peleas y finalmente la reconciliación en la última parte. Y así mismo lo cuenta la historia “real” del guionista que “descubre” para el público el proceso narrativo y su estructura. Y si uno se deja llevar, el filme en sí termina por atraparnos, principalmente por su reflexión sobre cómo vemos la verdad.
HH Dirección y dirección: Alejo Flah.
País: España. Duración: 91 minutos
