La mano de obra extranjera necesaria

¿Cuántos trabajadores inmigrantes necesitamos? La respuesta simple (y equivocada) es “todos los que hay.” Sin embargo, consideramos un grave error haber cedido a inmigrantes paupérrimos prácticamente todos los empleos de la agricultura y la…

¿Cuántos trabajadores inmigrantes necesitamos? La respuesta simple (y equivocada) es “todos los que hay.” Sin embargo, consideramos un grave error haber cedido a inmigrantes paupérrimos prácticamente todos los empleos de la agricultura y la construcción, siendo este último un sector líder en creación de empleos, en un país con un desempleo duro del 14%, que aumenta a un 35%, entre los jóvenes. La lógica y el éxito del capitalismo avanzado consiste en abaratarlo todo. Henry Ford produjo masivamente un automóvil de precio asequible, comprendiendo que los salarios deberían aumentar para sostener la demanda de su industria. Marx, contrario a Ford, mantuvo que la lógica capitalista causaría ante todo un abaratamiento salarial, socialmente explosivo, y autodestructivo. Consecuentemente, antes de calcular cuantos inmigrantes pobres necesitamos, debemos decidir si deseamos una sociedad más justa para los dominicanos, que requiere de un esfuerzo público-privado para mecanizar la construcción y la agricultura, sustituyendo la mano de obra inmigrante poco calificada, por trabajadores dominicanos mejor pagados, lo que aumentará nuestra competitividad.

Las actividades destructivas del medio ambiente deben detenerse imponiendo multas, y hasta la cárcel a quienes la ejercen. Siendo así, las actividades de 60,000 personas que se calcula están involucradas en el tráfico de carbón, en ambos lados de la frontera, deberían tener una respuesta contundente del lado dominicano: la cárcel para los mafiosos dominicanos, y la expulsión para los depredadores extranjeros, pues vivir en un país extranjero es un privilegio, no un derecho.

Existen ONG que proveen paleteras rebosantes de productos a los inmigrantes ilegales. Así mismo, hay ONG que facilitan camionetas igualmente llenas de productos agrícolas. Estos vendedores ilegales pronto ocuparán cada cuadra y semáforo de nuestra ciudad. Para muchos esta invasión de la pobreza ajena resulta molesta. Y es molesta. Sin embargo, desde una perspectiva económica hay en esto algo más grave, pues esas ONG están subsidiando una lucha económica, que terminará por desplazar a los dominicanos pobres. No necesitamos esa competencia desleal, ni mucho menos a esas ONG “humanitarias,” que perjudican a los dominicanos pobres. Esta realidad demuestra que la inmigración ha desbordado nuestra capacidad de absorción. Siendo así, la cantidad de inmigrantes trabajando en viviendas de clase media alta está aumentando. Aquellos que buscan economizarse unos pesos, no deberían quejarse de la creciente criminalidad dominicana, que ellos mismos propician. En conclusión, los problemas de Haití inescapablemente nos afectan, por lo que proponemos un fondo dominicano de US$ 50 millones anuales para establecer una zona económica especial en Haití, bajo soberanía haitiana, y supervisión y seguridad internacional, que permita a empresas multinacionales exportar, utilizando nuestros puertos, si fuera necesario. La creación de empleos en Haití, producirá riqueza en Haití. El presente modelo crea riqueza en la República Dominicana, pero causando desempleo y bajos salarios, y una potencialmente peligrosa desigualdad social. Lo que proponemos es una solución beneficiosa para ambas partes.

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