El pintor Fernando Peña Defilló pidió que no lo velaran y que lo cremaran

El maestro de la pintura dominicana Fernando Peña Defilló, quien falleció el pasado miércoles a los 90 años, deja un legado pictórico inmenso que resalta su arduo trabajo a lo largo de más de seis décadas y media.

El maestro de la pintura dominicana Fernando Peña Defilló, quien falleció el pasado miércoles a los 90 años, deja un legado pictórico inmenso que resalta su arduo trabajo a lo largo de más de seis décadas y media.Su fallecimiento ha causado un gran pesar en la clase artística dominicana. “Fernando Peña Defilló finalmente descansa luego de un sigiloso quebranto que lo mantenía en frágil estado de salud desde hace varios meses… Lo tendremos siempre muy cerca con nosotros, gracias a su inconfundible, fuerte y hermosa pintura, tesoro patrimonial del arte dominicano, y a sus valiosos escritos críticos. Papo Peña, como le llamaban cariñosamente, era un humanista de vastos conocimientos y profundas inquietudes sociales e intelectuales.”, informó su familia en un comunicado.

Los restos mortales del reconocido pintor, quien desarrolló una intensa labor crítica en el suplemento sabatino de elCaribe (entre 1967-74), serán cremados, y al noveno día de su fallecimiento se le dedicará una misa.

Larga vida en el arte

Fernando Peña Defilló nació en Santo Domingo en 1926. Desde temprana edad mostró sus dotes en el arte y llegó a ser considerado como el primer pintor dominicano informalista con sentido universal. “Yo nací artista. Desde pequeño, cuando iba al Colegio de la Salle, esas clases de matemática y otras para mí no tenían mucho sentido, las consideraba innecesarias. Muchas veces, y lo digo con sinceridad, me salía de esas clases y me iba a buscar otros ambientes, como la naturaleza. Milagrosamente, siempre me pasaban de curso, no sé por qué, pero tenía una gran ventaja, que mi padre tenía una de las bibliotecas privadas más grandes del país. Yo me pasaba el día entero ahí, leyendo y buscando lo que me interesaba’’, confesó en su última entrevista publicada en la edición número 11 del periódico Mi Cultura, a propósito de la dedicatoria que le rindieran en la XXVIII edición de la Bienal Nacional de Artes Visuales 2015.

Desde su regreso de Europa en 1963, donde se perfeccionó profesionalmente y residió durante más de una década, Peña Defilló prácticamente no se ausentó de la República Dominicana, instalado en Santo Domingo hasta su partida definitiva a Jarabacoa. Allí, él vivió sus últimos 25 años y siguió pintando, prácticamente hasta sus últimos días. En el 2010, el Ministerio de Cultura de la República le otorgó el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en el 2015 le fue dedicada la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo.

Ministerio de Cultura lamenta el fallecimiento

“La producción pictórica de Peña Defilló se constituye en un repertorio de imágenes que nos permite registrar la ardua, dilatada y fructífera persistencia de una personalidad artística de exquisita sensibilidad poética, donde la naturaleza y la condición humana siempre han sido los protagonistas de sus obras”, expresó el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, al momento de enviar sus condolencias a la familia del maestro de la pintura.

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