Una decisión ambiental trascendental

En la pasada semana, el presidente de la República, Danilo Medina, dio el primer picazo para el inicio formal de los trabajos para la construcción de una gran planta depuradora de aguas residuales capaz de tratar las aguas sanitarias generadas por&#8230

En la pasada semana, el presidente de la República, Danilo Medina, dio el primer picazo para el inicio formal de los trabajos para la construcción de una gran planta depuradora de aguas residuales capaz de tratar las aguas sanitarias generadas por unas 450 mil personas residentes en 24 importantes sectores de la franja norte del Gran Santo Domingo, desde Los Jardines del Norte, Los Ríos, Arroyo Hondo, Cuesta Hermosa, Cristo Rey y ensanche La Fe, hasta Villas Agrícolas, ensanche Luperón, Villa Juana, Villa Consuelo, Capotillo y Simón Bolívar.

Al margen de simpatías políticas y electorales individuales, (la protección ambiental y el cuidado de la calidad del agua para evitar enfermedades hidrotransmisibles no deben tener colores políticos), es necesario reconocer que esta decisión constituye el paso más importante que el presidente de la República, Danilo Medina, ha dado en materia de protección al medio ambiente urbano, y al mismo tiempo la decisión más trascendental que en materia ambiental el país ha tomado en los últimos 20 años, ya que los dominicanos debemos admitir que el principal problema ambiental de hoy día es la severa contaminación cloacal de nuestras aguas superficiales y subterráneas por ausencia de sistemas de alcantarillados sanitarios y plantas de tratamiento de efluentes.

Muchos dominicanos, así como muchos científicos internacionales que manejan el delicado tema del agua, saben muy bien que durante los últimos 15 años, a través de los medios de comunicación, a través de múltiples conferencias dictadas en universidades del país y en foros científicos internacionales, y en publicaciones científicas internacionales, hemos estado insistiendo públicamente en la urgente necesidad de construcción de alcantarillados sanitarios y plantas de tratamiento de aguas servidas para evitar que los desechos sanitarios residenciales del Gran Santo Domingo sigan siendo descargados de manera directa, sin tratamiento alguno, hacia las aguas subterráneas, hacia los cauces de los ríos Ozama, Isabela y Haina y hacia el Mar Caribe, porque en los ríos de la ciudad Capital ya la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO) es 10 veces superior a lo establecido en las normas de calidad del agua, fruto de la altísima contaminación cloacal que sale de nuestros baños.

Periódicos como El Caribe, Listín Diario, Hoy, El Día, etc., han publicado en primera plana, a veces como noticia principal, nuestras advertencias de que “Pozos sépticos contaminan subsuelo Santo Domingo”, “Construcción de pozos sépticos atenta contra la salud”, “Subsuelo de la Capital es una bomba bacteriológica”, “3.5 millones de dominicanos consumen agua cloacal”, y “Nos bañamos y cepillamos con aguas sanitarias extraídas del subsuelo”; añadiendo que la falta de alcantarillados sanitarios y plantas depuradoras de aguas residuales es lo que más ha degradado la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, y es la principal causa de la multiplicación de enfermedades gastrointestinales por la proliferación de bacterias fecales hidrotransmisibles.

Todos sabemos que las aguas cloacales descargadas desde nuestros inodoros siempre van cargadas de peligrosas bacterias como la Echerichia coli, Enterobacter, Citrobacter, Klebsiella, Salmonella, Shigella, Streptococus y Pseudomonas, mientras que bacterias como el Vibrio cholerae están presentes ocasionalmente cuando hay brotes, pero en todo caso esas bacterias se transmiten y multiplican con suma facilidad a través del consumo de aguas contaminadas con heces fecales, por lo que la sociedad dominicana no puede seguir creciendo de espaldas a la ausencia de alcantarillados sanitarios y plantas depuradoras de aguas residuales.

Al dar el primer picazo para iniciar los trabajos de esta planta depuradora de aguas residuales, con capacidad para tratar 1,200 litros por segundo de efluentes residenciales cloacales, el presidente Danilo Medina cumple lo prometido cuando emitió el Decreto 260-14 que declara de alta prioridad la descontaminación y conservación de las cuencas altas, medias y bajas de los ríos Isabela y Ozama, lo cual era un reclamo permanente de nosotros, y una urgente necesidad de una sociedad que se ha visto imposibilitada de utilizar sus principales ríos por la extraordinaria contaminación cloacal que ha crecido sin parar, ríos donde la gente ya ni siquiera se puede bañar, como lo solía y podía hacer 30 años atrás, ni mucho menos esa agua se puede tomar, porque es capaz de matar. l

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