El protagonista del “El Hombre araña”Tobey Maguire, en la historia ficcionada de dos maestros del ajedrez en plena Guerra Fría, allá por el 1972: el invencible campeón ruso Boris Spassky desafiado por la estrella fulgurante estadounidense Bobby Fischer quien gana el “Match del siglo” como se le conoció al Campeonato Mundial de Ajedrez entre la entonces URSS y USA donde ambos le dieron sus referentes políticos e ideológicos. El filme inicia contextualizando la historia con momentos noticiosos de la tv de la época intercalando con momentos que se vivían en esa contienda ajedrecística. Quien no conozca de ajedrez es seguro que el título no le dice nada, como tampoco el llamado juego-ciencia en el que las movidas de las piezas se deben pensar con estrategia y táctica al tiempo que se “adivina” lo que hará el contrario, pero el filme no cae en lo que podría ser tamaño aburrimiento incluso para quien sabe y gusta de ajedrez. Entonces aquí tenemos que la formidable estrategia de su trama elige una historia cuya narrativa arroja un dato ampliamente desconocido sobre Fisher, pero a la vez sirve de coartada para meditar sobre individuos necesarios para la sociedad por su desempeño intelectual y su inteligencia que son absorbidos por trabas íntimas de tipo emocional que nunca o casi nunca va a la par con la inteligencia que exhiben. La humanidad tiene un rosario de casos así en los que grandes genios y grandes pensadores acaban arruinados casi siempre con el mismo patrón de paranoias. Es lo que vemos en el filme, esas manifestaciones obsesivas de una mente brillante que se expresan con fuerza en momentos de gran tensión, como tensa es cada maravillosa secuencia cuya puesta en escena se va dibujando en los rostros de los contrincantes, en las alteraciones de humor, en el júbilo o la angustia en las jugadas de sus respectivos movimientos de alfiles, torres, reinas, reyes, caballos y los siempre sacrificios peones, como reza el título. Se cuida el presentar a Fisher siempre bajo el tono cultural y emocional de la geopolítica imperial con símil para la política internacional de hoy y los grandes escándalos casi como si las preocupaciones de Fisher fueran premonitorias. Excelente guión y dirección, con toque maestro en el cambio de registro luego de los 60 minutos. Buen performance de Maguire como Fisher)l
H HH HH genero. Drama biográfico. Duración: 115 minutos
