Las fobias, más allá del miedo racional

Sentir temor es una sensación normal en todo ser humano. Las causas puede ser múltiples y tener diferentes niveles con los que la persona afectada puede convivir, ya sea aprendiendo a manejarlo por sí mismo o con la ayuda de algún profesional…

Sentir temor es una sensación normal en todo ser humano. Las causas puede ser múltiples y tener diferentes niveles con los que la persona afectada puede convivir, ya sea aprendiendo a manejarlo por sí mismo o con la ayuda de algún profesional de la salud mental.

Y es que el miedo es una emoción en cierta forma adaptativa al entorno, pero en ocasiones se hace disfuncional, de acuerdo a los expertos, lo que lo convierte en un miedo patológico o en fobias.

Existen temores mayores que van más allá de lo racional; por tanto, es necesario tenerle paciencia y entendimiento a quien padece de este “temor extremo”, como es el caso de las fobias.

Pero… ¿en qué consiste la fobia? Según expertos, se trata de un temor persistente e identificable que resulta excesivo e irracional y que es desencadenado por la presencia o la anticipación de un objeto o una situación específica. Ésta, por lo regular, se desarrolla en los primeros años de vida, y ya en la adultez se tiene conciencia de este miedo, por lo que es común que la persona evite todo aquello que le cause la ansiedad que le provoque dicho temor.

“Aunque el desarrollo de las fobias es más usual en la infancia y en los primeros años de juventud, también hay adultos que las pueden sufrir. No hay un perfil inmune a padecer una fobia, depende más de las situaciones que se viven, y del ambiente, que de la personalidad. También hay quienes son más resistentes y toleran mejor la ansiedad, mientras que otros, que son más vulnerables y no son capaces de ponerle freno, sufren un proceso de inquietud generalizada”, explica Heidy Camilo, psicóloga clínica del Centro Vida y Familia.

Durante la infancia es más difícil identificar si es un temor que viene por la edad o si es en realidad una fobia por el factor edad. Pero en el caso de los niños, la fobia puede desarrollarse a partir de experiencias aterradoras, como puede ser una película de miedo o algún cuento, incluso, puede ser una fobia “aprendida” (por ejemplo, cuando el niño imita el temor de su madre o padre por algo, como por un ratón o la oscuridad).

En el caso de los infantes, a los padres les toca conocer bien a sus hijos para identificar si sus berrinches son una exageración para llamar la atención o si es un temor genuino.

Hay muy pocas estadísticas sobre la incidencia de estos trastornos, pero un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos encontró que entre 8 y 18% de la población de ese país sufre una fobia.

Las mujeres son las más afectadas

De acuerdo a varias investigaciones, en la actualidad las fobias afectan a casi un 6% de niños y a un 18% de adolescentes. También determinan que las fobias son la enfermedad mental más común entre las mujeres de todas las edades y la segunda más común entre los hombres mayores de 25 años.

En la adolescencia muchos jóvenes pueden mostrarse tímidos, lo cual es considerado “normal” por la edad. Sin embargo, un estudio de la Asociación de Desórdenes de Ansiedad de Estados Unidos, encontró que una fracción pequeña de esos adolescentes muestra señales de un desorden de ansiedad preocupante, que puede ser confundido con timidez extrema, y, por ende, convertirse en una “fobia social o en un “desorden de ansiedad social”.

El estudio, publicado por la revista Pediatrics, está basado en entrevistas con más de 10.000 adolescentes estadounidenses sobre una variedad de asuntos de salud mental. Más de 6.000 de los padres también fueron entrevistados. Aproximadamente el 47% de los adolescentes se identificaron a sí mismos como tímidos al estar entre pares a quienes no conocen bien. Más de 62% de los padres pensaban que sus adolescentes eran tímidos, quizá un reflejo de preocupación paterna.

Aunque los adultos con fobias son conscientes de que tales temores son irracionales, con frecuencia encuentran que el enfrentar, o incluso el pensar en tener que enfrentar el objeto o la situación que produce el temor, trae consigo un ataque de pánico o una ansiedad intensa.

Existen diferentes tipos de fobias

Cada fobia tiene su propia fuente de ansiedad, las hay muy complejas y pueden involucrar varios factores tanto ambientales como psicológicos.

Así como existen diferentes causas que provocan las fobias, también las hay de diferentes tipos, como por ejemplo: Amatofobia (miedo al polvo), Agorafobia (miedo a lugares abiertos), Acrofobia (miedo a las Alturas), Aracnofobia (miedo a las arañas), Claustrofobia (miedo a lugares cerrados), Dentofobia ( miedo al dentista), Rupofobia (miedo a la suciedad), Nictofobia (miedo a la oscuridad), Entomofobia ( miedo a los insectos), entre otras.

Según Camilo, para ayudar a controlar la ansiedad que causa este temor, lo primero es reconocer que se tiene un problema y luego buscar ayuda de un profesional de la conducta para lograr mejor calidad de vida.

De interés
El miedo patológico es aquel que supera un cierto umbral, donde el ser humano se bloquea y se vuelve incapaz de reaccionar de forma adaptativa de acuerdo con las circunstancias.

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