Navidad, compromiso social y renovación

Hoy, gran parte del mundo celebra el nacimiento de Jesús, hijo de Dios, el acontecimiento quizás más relevante entre los creyentes cristianos, universalmente conocido como Navidad.Etimológicamente, Navidad significa nacimiento y da…

Hoy, gran parte del mundo celebra el nacimiento de Jesús, hijo de Dios, el acontecimiento quizás más relevante entre los creyentes cristianos, universalmente conocido como Navidad.

Etimológicamente, Navidad significa nacimiento y da nombre a la fiesta que se realiza con motivo de la llegada de Jesucristo a nuestro mundo.

La Nochebuena se celebra la noche del 24 de diciembre, que es la víspera del Día de Navidad (25 de diciembre), y la celebración cristiana de la noche en que nació Jesús. Hago énfasis en estos apuntes, porque no pocos tienden a confundir el significado real de este día, y consecuentemente exhiben un comportamiento contrario a lo que en esencia nos convoca esta ocasión.
Es importante destacar que las costumbres para conmemorar esta fecha varían entre países, aunque son comunes las reuniones familiares para cenar e intercambiarse regalos.

También, se considera como una fiesta de carácter cultural, debido a que durante esta fecha las familias se reúnen sin que necesariamente haya de por medio una celebración religiosa.

En nuestro caso, hoy la familia dominicana se congrega para disfrutar de la cena de Nochebuena, antesala de la Navidad y símbolo universal del nacimiento del niño Jesús.

Por esto, mi más sincero deseo es que en el transcurso de estas fiestas la tranquilidad se convierta en sinónimo de armonía, regocijo familiar y paz en todo el país, muy especialmente en aquellos hogares que en este mes de unidad y celebración familiar afrontan la difícil experiencia de haber perdido a uno de sus seres queridos.

Igual para esos cientos de miles de dominicanos laboriosos y de buena voluntad, que cada día despiertan cargados de optimismo y esperanzados en que habrá un mañana promisorio para todos los que habitamos esta media isla.
Esta temporada del año nos invita a hacer un alto en nuestras vidas; a realizar un repaso de las metas que nos trazamos para el año que casi termina y, sobre todo, asumir el amor, el perdón y la amistad como valores esenciales de nuestro quehacer cotidiano.

Es también un momento oportuno para examinar las cosas que debemos cambiar para cada día ser mejores ciudadanos, y de esa forma aportar más de nuestras vidas a la sociedad dominicana que necesita tanto de nuestro esfuerzo.
Es cierto que vivimos momentos difíciles, provocados en gran medida por la ausencia de valores y de aquellos principios que alguna vez fueron la mayor inspiración para cumplir el cometido de lograr un mundo distinto; una sociedad distinta.

Celebremos en casa, con nuestra gente, en tranquilidad, para que no seamos un número más en las estadísticas que cada año nos recuerdan el desorden social y moral que amenaza nuestro presente y futuro.

No permitamos que en esta época tan especial del año el dolor llegue a nuestros hogares. Demostremos que somos capaces de celebrar estas fiestas con el comedimiento y el buen juicio que caracteriza a los buenos dominicanos.
Son estos los parabienes de quien, a través de mis reflexiones que cada semana ustedes hacen suyas, solo pretende aportar en la solución de los problemas fundamentales que nos afectan como nación.

Desde esta tribuna, seguiré firme en el sano propósito de trabajar sin descanso para hacer posible una República Dominicana donde el bienestar y el progreso dejen de ser privilegio de unos pocos.

¡Feliz Navidad!

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