Por qué las personas no cumplen sus metas del año

Por: Lic. Lorraine Isa Ahorrar, rebajar, leer más, cambiar el carro, dejar de fumar, visitar a los viejos, viajar, acercarme a Dios, son algunas de las metas más comunes que se proponen…

Por: Lic. Lorraine Isa

Ahorrar, rebajar, leer más, cambiar el carro, dejar de fumar, visitar a los viejos, viajar, acercarme a Dios, son algunas de las metas más comunes que se proponen muchas personas al inicio de cada año. Inician muy motivados pero al pasar las semanas disminuye la esperanza de lograrlo.

Una de las razones por la que las personas no cumplen sus metas de año nuevo es que se proponen hacer algo, pero no determinan el método para conseguirlo. Se proponen metas a largo plazo sin crear horarios o agendar la forma en que lo van a lograr. Por ejemplo: “Este año voy a hacer ejercicios”, pero no se establece el momento del día en que lo hará. “Voy a construir mi casa”, pero no cotiza, no hace planos de la vivienda.

Otra de las razones por las que no se cumplen las resoluciones de año nuevo es el hecho de procrastinar. Iniciar un hábito nuevo es sumamente difícil. Por ejemplo, para una persona que ha estado ociosa durante mucho tiempo, retomar de repente los ejercicios será algo que demandará tiempo y voluntad. O para una persona que nunca ha ahorrado, destinar un porcentaje de sus ingresos a una cuenta bancaria será un nuevo reto. Hay personas que dicen: “tengo todo el año para hacerlo”, sin embargo, cuando no existe un hábito debemos crearlo, y para eso, tenemos que movilizarnos y producir cambios.

En ocasiones, esperamos una gran motivación para comenzar a cumplir lo que nos proponemos, cuando la motivación debe venir de nosotros mismos y trabajar para exteriorizarla. El logro de nuestros objetivos será tan real como lo deseemos; si es una necesidad propia, algo que queremos genuinamente lograr, será más probable que llevemos ese deseo a la ejecución.

Necesitamos movimiento para producir cambios. Quedarnos en nuestra zona de confort es más de lo mismo, más de los antiguos hábitos con los que nos sentimos frustrados, estancados, inconformes y provocan en nosotros sentimientos de ansiedad, culpa, depresión. Cuando el cuerpo y la mente no se estimulan y no ponen en funcionamiento el potencial para el que están destinados a desarrollar, surge la sensación de incapacidad, inutilidad, escasa fuerza de voluntad con la que nos etiquetamos destinándonos a repetir patrones de años anteriores que puede crear en nosotros resentimiento, frustración, vacío existencial.

No existe un momento perfecto para empezar, el momento lo eliges y lo creas tú. El tener objetivos claros, específicos y realistas es una estrategia que te ayudará a conseguir lo que deseas. No sería solo el hecho de querer rebajar y comer saludable, necesitarías definir qué tipo de comida estará en tu nevera, cuántas libras te propones bajar, en cuánto tiempo pretendes lograrlo y qué tipo de ejercicios harás.

Tener claro el propósito por el que eliges esa meta es otra de las estrategias para conseguirla. Quieres ahorrar pero no sabes para qué, esto hará que repitas errores anteriores relacionados con las finanzas. Si defines el objetivo del ahorro: cambiar el carro, mudarte solo, irte de viaje, cambiar tu closet, etc. Tendrás una motivación que te llevará a la consecución de lo que deseas.

La mayoría de las metas toman tiempo para alcanzarlas y mantenerlas, por lo tanto delimitar el tiempo aproximado que necesitarás para alcanzar tus objetivos evitará que te agotes y te desanimes antes de tiempo.

Muchas veces se trata de tener los objetivos claros e irnos proponiendo pequeñas tareas que nos lleven a conseguirlos, de manera que podamos decidir día tras día qué vamos a hacer diferente, qué queremos lograr hoy sin querer adelantarnos al tiempo. Se trata de enfocarnos y dirigir nuestra disposición a lograr lo propuesto para el presente pensando en frases como: “hoy no voy a fumar, mañana no lo sé”, de manera que podamos ver objetivos alcanzables y sentir la satisfacción de haber logrado lo propuesto para ese día. En contraste, si fallamos en nuestro objetivo a corto plazo, nos sentiremos menos culpables al ver que tenemos la oportunidad de volver a levantarnos y decidir hacerlo de manera diferente en una nueva oportunidad.

Descubrir lo que queremos, definir los objetivos, estructurar y planificar la forma en que los alcanzaremos, iniciar cada día, permitirnos aprender de los errores y aprovechar cada nueva oportunidad de comenzar son estrategias que se convierten en nuestro plan de acción para que podamos lograr lo que deseamos.


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Lic. Lorraine Isa

Especialista en intervenciones en psicoterapia.

Centro Vida y Familia Ana Simó

Tel.: 809-566-0948 

www.centrovidayfamilia.com

[email protected]

 

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