En el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) operan varias instituciones que en teoría deben hacer un trabajo combinado para ofrecer la mejor experiencia de viaje posible. Esto adquiere aún mayor relevancia cuando se toma en consideración que el AILA es el segundo aeropuerto de importancia en República Dominicana en función del tráfico y por consiguiente es pieza clave en un país donde el turismo juega un rol de primer orden en la economía.
Mientras que Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom) es la concesionaria para la operación del AILA y otros 5 aeropuertos, también están presentes Dirección General de Impuestos Internos (DGII), Ministerio de Turismo, Dirección General de Aduanas (DGA), Dirección General de Migración, entre otras.
Muchas están haciendo una labor encomiable. Es notoria la reducción de quejas por el manejo de los agentes de Aduanas, quienes han agilizado en gran medida sus procedimientos. Por otro lado, Migración está ejecutando cambios para lograr controles más adecuados y está elaborando nuevos planes para que todo sea más expedito sin perjudicar la correcta identificación de personas. En cuanto a Turismo, cuentan con un personal capaz y de trato muy amable.
Sin embargo, hay problemas con DGII y con Aerodom que empañan el buen trabajo de las otras porque arruinan la experiencia de los viajeros. En cuanto a DGII, cuya finalidad esencial en el AILA es el cobro del impuesto de entrada a los extranjeros, cuenta con una pequeña oficina en el área de migración que tiene sólo dos cubículos, lo que a diario es causa eficiente de caos por el cúmulo de gente molesta y las largas filas, especialmente cuando llega más de un vuelo. Y esto que se ha convertido en un problema se puede resolver con soluciones tan simples como hacer el cobro del impuesto en el avión, pero ha faltado voluntad para resolverlo.
Por otro lado y aún peor que lo anterior está el disfuncional sistema de pago de parqueo que por razones inexplicables ha impuesto Aerodom, pues en todos los aeropuertos del mundo el parqueo se paga a la salida pero Aerodom decidió diseñar un absurdo e ineficiente método que es motivo de retrasos y conflictos todos los días y que agrava aún más el malestar de los usuarios. Estas instituciones y en especial Aerodom deberían entender la necesidad imperiosa de tener como meta crear una buena impresión de República Dominicana a los turistas y asumir su responsabilidad con ello en este punto de entrada a la isla.
