El miedo irracional de asistir al médico

Pocas personas admiten que tienen miedo de visitar al médico, lo cual parece absurdo, pero que es una realidad muy común.

Pocas personas admiten que tienen miedo de visitar al médico, lo cual parece absurdo, pero que es una realidad muy común. Conocido como yatrofobia, este un miedo que, irónicamente, puede tener repercusiones graves en la salud del individuo, ya que la ansiedad que esta persona presenta puede convertirse en fuerte e ilógica, ante un peligro irreal. De la misma manera, muchos sienten temor hacia el médico, su uniforme, el hospital, el olor característico de estos centros sanitarios; ver agujas o cualquier instrumento utilizado por el especialista.

Según la psicóloga clínica Heidy Camilo, del Centro Vida y Familia, esta conducta muchas veces viene dada por la creencia popular de que “si no se sabe, no se complica”, es decir que si se ignora que se padece una enfermedad, uno morirá menos rápido y, por eso, muchos prefieren ante cualquier malestar, optar por la medicina natural, el uso de hojas y hierbas o auto medicarse, lo que puede llevar a complicar la situación de salud.

Camilo sostiene que también se trata de un trastorno, muchas veces aprendido durante la infancia, pues cuando se es niño muchas mamás asustan a sus hijos con llevarlos al médico y los amenazan, inconscientemente, con que los “puyarán”, buscando que estos coman una comida que no les agrada o para que se porten bien y obedezcan. Esto va desarrollando un miedo interno en el niño que lo afectará hasta que sea adulto.

Aunque el desarrollo de las fobias es más usual en la infancia y en los primeros años de juventud, también hay adultos que las pueden sufrir. No hay un perfil inmune a padecer una fobia, depende más de las situaciones que se viven, y del ambiente, que de la personalidad. También hay quienes son más resistentes y toleran mejor la ansiedad, mientras que otros, que son más vulnerables y no son capaces de ponerle freno, sufren un proceso de inquietud generalizada.

Sin embargo, más allá del miedo irracional a ir al médico, se debe entender que existen mayores beneficios acudiendo al galeno, que evitando la visita, por la gran importancia de la salud preventiva. Hay pruebas que es necesario realizarlas cada cierto tiempo, como la citología, la mamografía, el tacto rectal (en los hombres mayores de 40 años) o el Papanicolaou en las mujeres. Si una persona nunca se realiza estas pruebas, por miedo, las consecuencias a largo plazo pueden ser más complejas.

Lo económico influye

Visitar al médico puede generar una serie de preocupaciones y ansiedades por el tema de la salud, sin embargo, el tema de los costos también parece ser un motivo importante, por lo que muchos temen ir a pedir ayuda a un médico y recibir el tratamiento adecuado. No es nuevo que las personas que carecen de seguro médico en el país temen ir al médico y saltean tratamientos y consultas. Todos hemos escuchado alguna historia sobre los altos montos que puede representar una visita a la sala de emergencias. Esto, sumado al malestar y la ansiedad que les produce a muchas personas realizarse estudios médicos y esperar sus resultados. Este exceso de preocupación puede traer una serie de síntomas similares a los de una crisis de ansiedad: taquicardia, sudor frío, contracturas, problemas para dormir, malestares físicos y nerviosismo en general.

Lo que los psicólogos llaman “ansiedad por la salud” son respuestas de tipo ansiosas por la sobreestimación del peligro y la catastrofización, que tiene que ver con darle mucho valor o peso a las posibilidades negativas, a estar dentro del 1% por ejemplo, que puede tener tal o cual enfermedad grave.

Sea por la razón que fuese, por miedo a los costos o por miedo a los resultados, nunca es un “buen negocio” dejar de consultar al médico o interrumpir un tratamiento. La información en este caso es lo único que puede reducir la angustia previa, porque en general los miedos muchas veces suelen ser peor que la realidad misma.

Les mortifica “perder el tiempo”

El factor tiempo es un componente que muchos utilizan para no asistir al médico y dan “vueltas y vueltas” antes de decidirse. Les estresa pensar que pasarán dos horas, una mañana o el día completo conversando con médicos y realizándose las pruebas necesarias para asegurarse de que su salud esté bien. Según Heidy Camilo, esto no debería representar una excusa, pues nadie se queja cuando se pasan tres horas en un centro de belleza o toda una noche compartiendo con los amigos. Dice que la salud es algo que hay que priorizar para poder disfrutar de las cosas que sí nos agradan. “Hay que recordar que los  médicos trabajan por cita  y que muchos lo hacen hasta tarde de la noche, por lo que los pacientes pueden ajustarse al horario que mejor le convenga”, recuerda la especialista.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas