CARACAS, Venezuela— El presidente Nicolás Maduro condenó los atentados terroristas en París y afirmó que acciones criminales como éstas fueron incubadas en buena medida por las intervenciones de Estados Unidos en Oriente Medio que «provocaron la destrucción» de Irak y Libia, cuyos gobernantes en su opinión fueron exitosos en contener a grupos extremistas que ahora amenazan a Europa y el resto del mundo.
«Estas expresiones de terrorismo criminal, muy criminal, son los resultados de un mundo que se fue incubando en las últimas intervenciones que ha habido, en la destrucción de Irak, la guerra famosa de George W. Bush… hicieron creer al mundo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva… y con esa mentira invadieron y descuartizaron a Irak», dijo Maduro en un discurso televisado en el que una vez más condenó los ataques que el Estado Islámico lanzó el viernes en el estadio nacional, en un concierto de rock y en cuatro locales nocturnos en París, lo que dejó 129 muertos y cientos de heridos.
Maduro recordó que desde entonces Irak está lleno de violencia y han surgido grupos llenos de violencia con un gran poder económico, militar y de influencia en la juventud de estos países.
Es la juventud que «vio a su madre violada por un soldado estadounidense, es la juventud que vio a un hermano y un padre muriendo inocentes en un hospital con una bomba (lanzada) por un avión de Occidente», afirmó.
El mandatario venezolano destacó que posteriormente las naciones occidentales fueron contra Libia, donde el líder Moamar Gadafi era «la contención del terrorismo extremista del norte de África hacia el resto de la región del Mediterráneo… en coordinación inclusive con los organismos de inteligencia de Europa».
En la actualidad en Libia hay gran cantidad de bandas terroristas, continuó, y las armas que tenía el poderoso ejército árabe de ese país han pasado a manos de los terroristas. Y consideró que ahora esa nación es un mercado libre de explosivos, armas y dinero.
«¿Es que nadie va a asumir la responsabilidad?», se preguntó Maduro, que al igual que su predecesor y padre político, el ahora fallecido presidente Hugo Chávez, es un severo crítico de la política exterior estadounidense.
Chávez apoyó abiertamente a los gobiernos de Gadafi, Hussein y del presidente sirio Bashar Assad y se opuso a cualquier intervención militar extranjera en esos países.
En ese sentido, Maduro advirtió que, si el presidente Bashar Assad es derrocado, «lo que hemos visto en París será un niño de pecho ante lo que se verá en todo el mundo por la irresponsabilidad de la política del caos del imperio estadounidense y de la OTAN».
El mandatario enfatizó que sólo Assad, junto a su pueblo, su ejército y su partido pueden garantizar la estabilidad de ese país y de toda la región.
Maduro consideró necesario articular una nueva «alianza de paz» donde se tomé en cuenta a Siria, Líbano, Irak, Irán, Egipto y Jordania, y sean esos gobiernos los que conduzcan al resto de los países aliados y otras naciones para combatir integralmente el terrorismo «que ha sido incubado por culpa de Occidente, por culpa del imperialismo».
