Comentábamos hace unos días ciertos aspectos en relación a las problemáticas del arte dominicano actual. Recientemente, ha sido de conocimiento público que en el marco de la Bienal Nacional de Artes Visuales, han sido colocadas dos piezas. En una aparece la imagen del doctor Leonel Fernández y, en la otra, la del Presidente Lic. Danilo Medina como si ambos fuesen dos bandoleros.
La afrenta radica no en el empleo de las imágenes, sino en la forma en que se han presentado, pues la apropiación es un medio de expresión propicio para el arte, pero el respeto debe primar ante todo. No obstante, a veces olvidamos el sentido de la democracia, más aún, lo confundimos y esto da lugar a que se desaten situaciones como las que se presenciaron hasta hace poco en el Museo de Arte Moderno que sin que fuera de conocimiento de la dirección de la institución, un sujeto quiso llamar la atención con su osadía.
No debemos confundir el papel del arte, tampoco los medios para expresar las ideas. Vivimos en un mundo que ciertamente ha venido cambiando, sin embargo, siempre ha de cuidarse la forma. Es la bienal un evento plural y abierto para que los que así lo deseen puedan presentar sus trabajos.
Están las galerías, los centros culturales y otros espacios en los cuales se pueden exponer las producciones visuales de manera abierta. Pero colocar imágenes a escondidas y concitar con ello la atención de los medios que actúan con inmediatez y sólo procuran llamar la atención del público sin medir los resultados de lo que provocan, nos luce incorrecto.
Las contrariedades en el Estado deben ser combatidas de forma libre, sin miedo e intrigas. Empero, hay que recordar que en un sistema como el nuestro, se supone que el pueblo tiene el poder y debe ser este quien tome las decisiones sobre lo que conviene para su destino cuando corresponda, sabiendo elegir y demostrar sentido de pertenencia en relación al patrimonio de los dominicanos y dominicanas.