Elige tu carrera por vocación, no por conveniencia

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En la actualidad existe una gran carpeta de carreras universitarias y técnicas para que los que desean superarse puedan estudiar y subsistir de lo aprendido en el mundo laboral. Sin embargo, la elección de algunas de dichas alternativas profesionales podría ser un “alma de doble filo”, ya sea por las oportunidades del mercado o sus exigencias.

Y es que decidir por cuál carrera optar, sin duda, es una decisión difícil. El conflicto que genera, el miedo al fracaso, a la decepción propia y ajena, son muchas veces sentimientos que abruman al joven preuniversitario y que se convierten en fuente de ansiedad y estrés.

La pregunta ¿qué podré estudiar? se repite con tanta frecuencia que no deja duda de la necesidad de buscar una adecuada orientación profesional, según conclusiones de una investigación realizada por Luisa María Guerra Rubio y Tatiana Quevedo Guerra, de la Facultad de Psicología, de la Universidad Central Marta Abreu de las Villas, Cuba, bajo el título “La elección profesional: momento de particular importancia para el desarrollo personal”.

En su planteamiento, Guerrero y Quevedo proponen que la orientación profesional debe considerarse un proceso permanente que puede ofrecerle al niño, al adolescente, al joven y también al adulto, la propuesta de conocimientos preparatorios, de información sobre el medio social, laboral y educativo, así como vivencias y reflexiones sobre sus características personológicas y su afinidad o no con las exigencias de la carrera que desea estudiar, resultado de un aprendizaje que se ha producido a lo largo de años.

“Para lograr una elección profesional responsable, la orientación profesional y la elección profesional deben tener un mismo sentido, que debe traer como resultado la formación de un excelente profesional. De manera tal, que la elección profesional no sea la solución rápida a un problema urgente para el cual el sujeto no tuvo preparación previa.

Esto lógicamente impone un reto a las instituciones educativas pues la misión es que el joven vaya preparándose para la elección de la carrera y que ello constituya un verdadero acto de autodeterminación”, citan en su planteamiento.

De interés
Pero… ¿qué factores pueden intervenir entre tu verdadera vocación y la conveniencia profesional? Según las investigadoras, en todos los individuos el problema de la elección no se da con las mismas características. En algunos, la decisión es rápida y segura sin necesidad de mayor deliberación porque las condiciones en la escuela y la familia han favorecido este acto.

En otros, es un proceso lento del que solo pueden salir adelante con ayuda experta. Para otros, el problema de la elección se torna una situación conflictiva que pudiera ser un indicador de un pobre desarrollo personal.

“La elección profesional es una manera de expresar el desarrollo alcanzado por nuestra personalidad en el período de la adolescencia donde el individuo debe determinar cuál será el camino a seguir o qué estudiar, pues en esta etapa de su vida se imponen dos crisis, una propia del evento vital por el cual se está transitando, y otra, por ser precisamente en ésta época de menos ajuste emocional, cuando debe concretarse, según nuestro sistema educacional, el destino profesional de una persona.

Este hecho justifica aún más la conveniencia de integrar la orientación vocacional a la escuela y contribuir a que profesores, alumnos y padres asuman la responsabilidad que les cabe para ayudar al proceso de orientación”, apuntan.

La equivocación o mala elección de carrera se debe principalmente a que la selección es hecha en base a profesiones que se piensan con mayor oferta laboral, aunque ésta no satisfaga los intereses y necesidades.

Consecuencias
“Estudiar una carrera por alguna razón ajena a la vocación o pasión, atraen en el mediano plazo problemas como son la insatisfacción con la profesión elegida, el desgano, apatía y frustración”, dice el psicólogo Antonio Ruiz Ortiz.

La frustración a su vez ocasiona problemas en el centro de trabajo que pueden derivar en un despido, en disfunciones familiares, en problemas de autoestima y en problemas económicos para el profesionista.

Ruiz Ortiz cita que las razones más frecuentes de equivocarse son: escoger una carrera por aceptación familiar y social, por dinero, desconocer lo que le espera, tener pereza y querer acomodarse y no tener visión de su futuro.

En cuanto a conocer tus habilidades, el experto de la conducta humana, explica que esto te ayuda a acercarte a los ideales de autorrealización y de satisfacción personal debido a todo lo que representa tener una carrera, que puedas tener una vida familiar adecuada, que puedas alcanzar tus sueños, que te sientas útil socialmente hablando. l

Formación
Dado que cada vez existe una mayor oferta educativa, debes tener claro cuáles son las preferencias y las aptitudes que tienes para ello. Si no tienes las ideas claras, Ruiz Ortiz recomienda consultar con un orientador o un profesor, quien se encargará de informarte y asesorarte sobre el abanico de opciones que se abre a tu paso.

Descubre tus aptitudes

El proceso de elección vocacional no es sencillo, ya que intervienen muchos factores como la motivación, las aptitudes, las actitudes frente al estudio y trabajo; las fantasías o ideales frente a su elección de carrera, la presión familiar y social, los factores económicos y del mercado laboral, entre otras”, comenta Ruiz Ortiz, quien asegura que tanto él o la adolescente debe lidiar con todos ellos y buscar en su interior su verdadera vocación, lo que le apasiona y lo motiva lo suficiente para dedicarse a ello la mayor parte de su vida. Sin embargo, evaluar nuestros intereses y aptitudes no es fácil, requiere de un proceso de análisis personal exhaustivo, justo cuando los adolescentes están más centrados en lo externo (los amigos, las presiones familiares y sociales, etc.). Por ello, no es extraño que a los jóvenes les sea más sencillo evaluar sus preferencias profesionales o laborales de acuerdo a varios factores como la opinión de sus padres, sus amigos.

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