Suena bien a los oídos escuchar una oposición vibrante, que no existía en la República Dominicana. La democracia se ejercita con cierto sentido de balance, cuando la gente que no está en el gobierno asume un papel crítico, obviamente, crítico y constructivo, para reclamar correcciones, o propositivo, acerca de lo que podría hacer cuando alcance el poder. Pero la oposición tiene que ser cauta. Si avala cualquier denuncia no necesariamente responsable, si se torna sistemática denunciando cualquier cosa que no puede probar, o propiciando un desmadre de embarres infundados, corre el peligro de desprestigiar sus puntos de vista y en consecuencia debilita su discurso y hasta pierde espacios conquistados.
El peligro de la oposición
Suena bien a los oídos escuchar una oposición vibrante, que no existía en la República Dominicana. La democracia se ejercita con cierto sentido de balance, cuando la gente que no está en el gobierno asume un papel crítico, obviamente, crítico…