La deuda pública empantana el Presupuesto

Una abultada deuda a ser enfrentada en el 2016, que entre intereses y amortizaciones superaría los RD$300,000 millones, estaría dificultando el cierre del presupuesto del próximo año, en tamaño y en la forma de financiarlo.

Una abultada deuda a ser enfrentada en el 2016, que entre intereses y amortizaciones superaría los RD$300,000 millones, estaría dificultando el cierre del presupuesto del próximo año, en tamaño y en la forma de financiarlo.El tema incluye el pago de los intereses para la recapitalización del Banco Central, que aunque este año se limitó a un 0.7% del producto interno bruto (PIB), la ley que creó la obligación de esa transferencia establece un calendario progresivo que para el próximo año debería ser de 1.4% del PIB. Este año debió ser el equivalente al 1.3% del PIB.

Expertos consultados citaron cifras de compromisos fiscales que tendrá el Gobierno el próximo año que pintan un escenario con dificultades para el nuevo presupuesto, cuyo monto sin muchas pretensiones debería ser moderadamente de al menos RD$710,000 millones. Pero la forma de estructurar ese monto, sin que el total del déficit se dispare de la media de los últimos tres ejercicios, es lo que ha puesto a los técnicos estatales a afinar la punta del lápiz, sin todavía tener claro un desenlace.

En fuentes oficiales se ha dicho que la tardanza en “cerrar” el tamaño del Presupuesto del 2016 es el monto del déficit fiscal con que será presentado, tomando en cuenta que en los últimos tres ejercicios, incluyendo el corriente, ha sido cifrado en un máximo de 2.8% del producto interno bruto (PIB). La meta ha sido cumplida favorablemente en cada uno de los dos primeros años y en el actual hasta el primer semestre estaba en la línea con la estimación.

Los vencimientos de deuda

El calendario de vencimiento de la deuda, con intereses y capital, ha puesto a los técnicos del Ministerio de Hacienda y de la Dirección General de Presupuesto a pintar diferentes escenarios, y en todos hasta el momento el resultado es de un déficit muy superior al monto con que se ha manejado el Gobierno en los ejercicios 2013-2015, en los cuales el monto de diferencia entre gastos e ingresos ha rondado RD$77,000 millones.

En sentido general, el Gobierno comienza a sentir los efectos de un esquema fiscal topado, sin topes para crecer en la proporción que requiere la demanda de mayores gastos.

Según entendidos en finanzas públicas, “ya las recaudaciones resultan insuficientes”, por lo que entienden que hay dos posibilidades de enfrentar ese agotamiento recaudador: o se hace una reforma tributaria o se va a un pacto fiscal. Las dos opciones parecen ser difíciles en un período electoral, que haría improbable que el Gobierno se involucre en un proyecto para crear o aumentar impuestos, por el alto costo político que implica. Sería darle cancha a la oposición política, que ya está buscando la brecha de cómo atacar la política económica oficial. Del pacto fiscal -que reclama el sector privado, interesado en que el tema sea tratado en sus dos componentes: ingresos y gastos- el Gobierno lo ha descartado en ese período. El escenario no plantea solución por ninguna de esas vías. La salida habría que buscarla por otro lado.

A esta situación de agotamiento de la posibilidad de expansión de las recaudaciones, se le añade el alto monto por intereses de la deuda, tanto interna como externa, y también que los pagos de amortización son muy elevados para el 2016. Esto incluyendo los intereses del BC por la Ley de Recapitalización, podrían llegar a RD$350,000 millones.

En el 2016 se vencen muchos préstamos, de bonos soberanos en particular. El otro problema que anticipan entendidos en la materia, causado por el altísimo nivel de endeudamiento del año en curso, que hasta agosto pasado consolidaban RD$230,000 millones, es que al Gobierno le va a ser muy difícil y costoso obtener recursos en los mercados financieros, locales e internacionales.

El escenario se complica porque ya la deuda con el Banco de Reservas es alta.
Y en ese escenario hay que aumentar el presupuesto de Educación, el de la Junta Central Electoral y otros atados a leyes especiales. Un punto de alivio es que el petróleo parece que promediará por debajo de los 60 dólares el barril, situación que ayudaría a bajar las transferencias corrientes o subsidios al sector eléctrico, que en años anteriores se acercaban a US$1,000 millones.

Pero como el 2016 es un año electoral, se prevé que habrá demanda de mayores gastos de consumo, (servicios personales y no personales, publicidad, combustibles, propaganda, y hasta de inversiones públicas, como obras comunitarias. 

La media presupuestal ha sido de 18 a 22% PIB

De todas formas, ninguno de los últimos cuatro presupuestos generales del Estado han tenido un tamaño menor al equivalente de un 18% del PIB, que para el 2016 sería de unos US$68,000 millones. La ponderación ha fluctuado entre 18.8% y 22.1%, correspondiendo este último nivel al año 2012. En ese año, el presupuesto original cerró con un déficit histórico de unos RD$187,000 millones, equivalente un 7.8% del PIB.En valores absolutos, los montos han ido escalando de RD$364,942 millones en el año 2010 hasta RD$630,963 millones en el corriente año 2015. La expansión ha sido empujada principalmente por los componentes fuentes financieras (ingresos por préstamos) y la contrapartida aplicaciones financieras, que abarcan los pagos por el servicio de la deuda pública. Asumiendo el valor proyectado del PIB para el próximo año, y calculándole la media de 20% de ponderación, el monto sin el componente financiero sumaría unos RD$640,000 millones. Dentro de dos semanas, probablemente durante la última semana del mes en curso, el proyecto de presupuesto del 2016 sea presentado por el Poder Ejecutivo al Consejo de Ministro, la instancia administrativa que lo conoce y aprueba previo a ser remitido al Congreso Nacional para su conversión en ley. La fecha límite de presentación es 1 de octubre.

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