Ver, no mirar

“Ayúdame Señor, a contemplar cuando yo idealizo la realidad, no la respeto, no te repeto. Le doy el barniz de mi conveniencia . Tal vez no la soporto tan herida e imperfecta, o quiero apresurar el ritmo de los cambios. Puede ser que intente demostrarm

“Ayúdame Señor, a contemplar cuando yo idealizo la realidad, no la respeto, no te repeto. Le doy el barniz de mi conveniencia . Tal vez no la soporto tan herida e imperfecta, o quiero apresurar el ritmo de los cambios. Puede ser que intente demostrarme a mi mismo o a los demás una tesis previa, o que pretenda encaminar situaciones o personas por los senderos que impone la tiranía de mi deseo. Si miro lo real, tal como se presenta, podré encontrarte a ti, como la última dimensión de todo lo que existe, más hondo que lo deforme que no quiero ver, y que las estridencias que no quiero escuchar “ (González Buelta, 1993) Recientemente, iniciamos una intervención educativa desde la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con el apoyo del Instituto Nacional de Formación del Magisterio (INAFOCAM ) a distritos escolares del país, con la finalidad de articular un acompañamiento sistemático hacia la mejora de los aprendizajes de los estudiantes a partir del empoderamiento a los docentes y a los directivos de procesos más efectivos de gestión pedagógica y administrativa.

Antes de proponer un plan de trabajo, el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), de la PUCMM, junto al equipo técnico del proyecto, propuso un diagnóstico socio territorial que permitiera aproximarnos a la realidad de cada comunidad, a través de conocer sus condiciones socio demográficas, culturales, ambientales y económicas. El diagnóstico, en cada distrito, posibilitó conocer las organizaciones sociales existentes en la comunidad y sus características, los servicios de salud y educación, los niveles de violencia en la zona, la composición de las familias, condiciones sanitarias, equipamientos comunitarios (centros culturales, instalaciones deportivas, bibliotecas ) y también, no menos importante, las condiciones de vulnerabilidad del entorno (marginalidad, bancas , bares, etc.).

Esta aproximación a la realidad de la pobreza urbana y rural del país, nos lleva a comprender con humildad y respeto la escuela, los docentes y los niños. Como dice uno de mis sacerdotes favoritos, Pablo Mella, “ver, no solo mirar”. La diferencia, para nada sutil entre los dos términos, aún adquiere más importancia y profundidad cuando se trata de realidades, rostros, transacciones humanas que pueden pasar simplemente desapercibidas o pueden ser objeto de una mirada con respeto, con atención, con claridad; la mirada necesaria para poder construir juntos respuestas y soluciones educativas.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas