Robustecer el marco electoral

El proceso electoral ya está en marcha. Como siempre, no es necesario que la Junta Central Electoral (JCE) emita una resolución que deje abierta la campaña, porque siempre los aspirantes y los partidos se adelantan.Faltan apenas ocho…

El proceso electoral ya está en marcha. Como siempre, no es necesario que la Junta Central Electoral (JCE) emita una resolución que deje abierta la campaña, porque siempre los aspirantes y los partidos se adelantan.

Faltan apenas ocho meses y medio para las votaciones. Es poco tiempo, particularmente para quienes ni siquiera tienen el reconocimiento o los candidatos a los diferentes cargos electivos.

Muchos creían que las elecciones de 2016 se celebrarían con todos los periquitos, pero no parece que sea así. Se pensaba que sería aprobada una nueva ley electoral, y que a estas alturas se tendría una ley de partidos. La inusitada alianza entre los tradicionales opositores deja esa materia en el aire. La sociedad civil no parece decidida a asumirla. Se supone que los más llamados a trabajar en esa dirección son los opositores, pero su capacidad de presión está muy disminuida.

Asistimos a unas elecciones con un panorama único. Un fuerte contendor que busca la reelección, empeñado en constituir una amplia alianza y una oposición fragmentada. El mes pasado, todavía se presentaban solicitudes para registrar nuevas agrupaciones.

En ese escenario, las fuerzas reeleccionistas desean una victoria claramente mayoritaria. El propio presidente candidato así lo dijo en el acto de proclamación de la candidatura: “Si Dios me ha puesto aquí, espero que no me deje en vergüenza. Si me ha llevado hasta este lugar, espero que me dé una victoria contundente el próximo 15 de mayo del año 2016”.

Siempre a quienes detentan el poder y pretenden continuar, se les señalan las ventajas con que compiten. En ese sentido, el partido gobernante debe hacer acopio de la mayor transparencia.

Pero eso no basta.

El poder de regulación de la campaña debe ser robustecido. Por eso la importancia de que se apruebe el paquete legislativo que duerme en el Congreso. Unos instrumentos que le den a la JCE más capacidad de control sobre cualquier expresión en desmedro de unas elecciones decentes.

La fuerza dominante haría una magnífica contribución al proceso si propicia la aprobación de ese paquete legislativo. Sería una manifestación de ética en el ejercicio de la política que dejaría perplejos a muchos. 

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