¿Está usted dispuesto a pagar sus impuestos?

Históricamente el cobro de impuestos ha sido posiblemente una de las actividades más odiosas de la humanidad y mucha gente sigue entendiendo que no tiene que darle nada al Estado de lo que obtiene.

Históricamente el cobro de impuestos ha sido posiblemente una de las actividades más odiosas de la humanidad y mucha gente sigue entendiendo que no tiene que darle nada al Estado de lo que obtiene.Lograr un cambio en la mentalidad del ciudadano y de muchas empresas no es tarea fácil en República Dominicana, donde un porcentaje importante de quienes deben contribuir con el fisco sostiene que “su dinero” no tiene retorno, a través de servicios efectivos y de calidad, como el de la educación, la salud, el agua y la seguridad ciudadana, entre otros.

Se hacen grandes esfuerzos para bajar los niveles de evasión, no solo en este país, sino en otros, y a menudo al abordar el tema se habla de la “moral fiscal”.
La noción de moral fiscal hace referencia a las situaciones en las que, frente a igualdad de oportunidades, algunos contribuyentes evaden el pago de sus impuestos y otros pagan. El hecho de que existan diferentes actitudes frente al fraude depende de la moral fiscal.

El experto Hamlet Gutiérrez, que trabaja como contraparte del proyecto OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), cita algunos factores que explican la diferencia entre países, en cuanto a los niveles de presión tributaria. Enumera, por ejemplo, las preferencias sociales, usualmente vinculadas a aspectos de equidad y transparencia; aspectos institucionales, como la responsabilidad de la administración pública, la transparencia y democracia.

Y para cuando aborda el aspecto de la baja legitimidad fiscal (cuando el ciudadano no cree en eso de pagar impuestos) explica que ocurre porque se percibe que el Estado es débil en suministrar servicios básicos, que los ingresos fiscales solo benefician a unos pocos y que las personas no sienten que el cumplimiento tributario es una obligación moral. Para un ciudadano pagar sus impuestos, primero tiene que estar motivado. De no ser así, tratará de evitarlo.

Visión de los expertos

En un documento titulado “Qué motiva la moral fiscal”, elaborado por Gutiérrez, Christian Daude y Ángel Melguizo, se explica que la percepción sobre el funcionamiento de la democracia, la transparencia y la igualdad son importantes para comprender actitudes frente a la fiscalidad y agregan que “las condiciones económicas importan, dado que la moral fiscal es menor si la gente lucha para salir adelante o está desempleada”.

Desde el punto de vista de los tres conocedores del tema, las mejoras educativas están relacionadas con una mayor moral fiscal. “Las actitudes individuales frente a la fiscalidad están influenciadas por aspectos socioeconómicos, pero en especial por aspectos institucionales como la confianza en los gobiernos”, indican en la publicación.

Un estudio titulado “Moral, facilidades y control”, realizado por Marvin Cardoza y Nelissa Aybar, del Departamento de Estudios Económicos y Tributarios de la DGII, plantea que la medida más efectiva para reducir los niveles de evasión es imponer penalidad sobre el contador, debido a la asimetría de información entre el accionista y el contador.

Y aseguran que el cumplimiento mejora en gran medida por las acciones de control que emprende la administración tributaria, las facilidades que se brindan a los contribuyentes (por ejemplo, cuando se facilita que los procesos se agoten de manera virtual sin tener que ir a las estafetas a hacer largas filas) y el nivel de percepción que tienen los contribuyentes sobre la administración tributaria.

El director general de Impuestos Internos, Guarocuya Féliz, incluyó recientemente a los profesionales liberales de determinadas áreas dentro del círculo de los que se resisten a cumplir sus obligaciones fiscales. Vaciló un poco para mencionarlos, pero finalmente dijo que se trata de médicos y abogados.

“Existen grandes brechas que tienen que ser subsanadas con modificaciones legales, porque el instrumental legal vigente no es suficiente para cubrir la evolución que han tenido determinadas profesiones liberales en el país”, sostuvo Guarocuya.

Y hasta bromeó cuando advirtió: “Tengo que reconocer que las mayores frustraciones que tendré cuando salga de la Dirección de Impuestos Internos es que no podré visitar ni un solo médico”. Y luego agregó que tampoco podrá tener problemas porque luego no encontrará defensa, en alusión directa a los abogados. Ambas bromas las hizo en el auditorio del Banco Central, cuando exponía junto al economista José Luis de Ramón en un panel, como parte del seminario “¿Qué nos motiva a pagar impuestos?

En el país, el sector empresarial ha exigido en ocasiones equidad fiscal, y se ha quejado de que la carga tributaria recae sobre un número reducido de empresas que cumplen.

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