Cómo influye la música en el desarrollo integral del niño

El desarrollo de las habilidades musicales en los pequeños es considerado frecuentemente de poca importancia. En ocasiones suele ser que los padres no quisieran que sus hijos se inclinen por esos ambientes del arte, o bien, no tienen interés de que&#823

El desarrollo de las habilidades musicales en los pequeños es considerado frecuentemente de poca importancia. En ocasiones suele ser que los padres no quisieran que sus hijos se inclinen por esos ambientes del arte, o bien, no tienen interés de que sus hijos se interesen en la música o el baile, por lo que no procuran estimular a sus pequeños en esa dirección.Sin embargo, han sido muchos los estudios y pedagogos que afirman que la música favorece muchas habilidades en el bebé: propicia el desarrollo del oído, el sentido del ritmo, hace que sean sensibles musicalmente y ante esta sensibilidad, ejerciten su cuerpo con el baile al moverse al ritmo de la música, expresando así las emociones y el gozo provocados por la melodía. También favorece el desarrollo del lenguaje al momento en que los pequeños procuran pronunciar las frases o palabras de una canción, así como también imitan los movimientos exagerados al momento de cantar, ejercitando los órganos del habla.

En ese sentido Beilyn Bautista Sang, especialista en Educación Temprana de Gymboree Play & Music, centro de desarrollo temprano para niños, con presencia en más de 50 países, explica que estimular a los niños a través de la música desempeña un papel esencial en el proceso de crear conexiones neuronales en el cerebro del niño y en el desarrollo de su inteligencia.

Bautista Sang dice que al estimular a los niños con música, desde el vientre, brinda múltiples ventaja como calmarlos y conectar al bebé con sus padres. De igual manera, una vez nacido el bebé, la música ayuda a crearle disciplina, patrones, rutinas, además de desarrollar habilidades motrices y ya en la escuela tienen más capacidad para las matemáticas y mejor concentración para la lectura.

Toda esta serie de ventajas que conlleva la música pueden comenzar a trabajarse desde el vientre, ya que el oído de un bebé comienza a desarrollarse a partir del séptimo mes de gestación, teniendo preferencia por las voces suaves, filtrando los sonidos graves, ya que si no lo hiciera le molestarían todos los sonidos del interior del cuerpo de la madre; de esta forma los bebés nacen oyendo bien, de ahí la importancia de familiarizar a los niños con los sonidos externos estando aún en el útero, como por ejemplo las voces de mamá y papá diciendo frases de cariño, incluso platicando lo que hacen durante el día, describiendo su habitación, sus juguetes, familiares, etc.

También pueden cantarle y ponerle música de diferentes estilos, como música clásica o samba por mencionar algunas, con el objetivo de relajar a los bebés, permitiéndoles permanecer libres de tensiones, mejorar su capacidad de concentración y estar en armonía emocional que permita la comunicación. “Con un despliegue de estilos musicales, las clases que impartimos en Gymboree ayudan a explorar la fuerza del ritmo, la melodía, tonalidad y el compás al cultivar el desarrollo físico, social e intelectual”, dice Beilyn Bautista Sang.

La música tiene un gran poder para el aprendizaje. En el nivel inicial la influencia de la educación musical es muy importante porque los pequeños comienzan a descubrir la belleza de las melodías y el placer estético a través de la percepción, la sensibilidad y la emotividad. Además, brinda estimulación e imaginación a la creatividad en los niños, crea vínculos de unión entre padres e hijos, maestros y amiguitos dependiendo de los ritmos y sonidos que se generan en el ambiente.

Algo muy importante, de acuerdo a la especialista es que la estimulación debe ser guiada por un profesional, aun cuando sea enseñada con técnicas que se puedan seguir en casa. Dice que no debe representar estrés para el pequeño ni para sus padres pues no cumpliría con el propósito deseado, por lo que lo ideal sería recibir las clases de estimulación tres veces a la semana.

En cuanto al espacio físico debe ser un lugar que no coarte la imaginación y la creatividad o un espacio que represente peligro o inseguridad para el niño porque cambiaría el propósito de la misma.

Formas de los niños percibir la música

El primer paso del aprendizaje musical es el “sensorial” que dura hasta los tres años. El niño disfruta los sonidos y las armonías, reconoce y explora contrastes claros en los niveles de intensidad, altura, timbre y duración. Descubre la melodía y ritmo, construyendo un repertorio de alegres canciones. A los cuatro años cambia hacia un modelo “manipulativo”; es capaz de reconocer los sonidos por el tipo de instrumento y el placer está en controlar estos sonidos. De cuatro a seis años se llega a la etapa “imitación”, el niño comunica, interpreta y crea sonidos más expresivos. De siete a nueve años ya puede seguir formas más ordenadas y comenzar a tocar un instrumento propiamente dicho, leer escalas musicales y producir sonidos placenteros a los oídos.

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