Vigencia política de Pedro Francisco Bonó

Una lectura serena de los Textos Selectos del intelectual y patriota dominicano Pedro Francisco Bonó, publicados hace poco por el Archivo General de la Nación en su Colección Juvenil, ausculta su preocupación por vicios políticos y sociales criticado

Una lectura serena de los Textos Selectos del intelectual y patriota dominicano Pedro Francisco Bonó, publicados hace poco por el Archivo General de la Nación en su Colección Juvenil, ausculta su preocupación por vicios políticos y sociales criticados en su época por el autor, que más de cien años después persisten como una realidad perturbadora.

La debilidad institucional y la corrupción eran para Bonó los principales enemigos de la República Dominicana, mientras veía en la República de Haití su competidora natural por la hegemonía de la isla, con un marcado interés de las potencias imperiales por atizar conflictos que terminaran destruyendo ambos estados, para explotar a su conveniencia tan privilegiada ubicación geográfica.

Mientras veía al pueblo radicalizado contra “el gobierno que acaba de elegir”, le censura al Ejecutivo su “descontento con la ley que lo ha creado”, y además, “demoliendo o amagando demoler las leyes que protegen al ciudadano, bajo el falaz pretexto unos y otros de encontrar por esos rumbos el camino de la libertad, del reposo y del orden”.

Al referirse a las relaciones domínico-haitianas, le preocupa la ambivalencia nacional frente a su destino, enumerando “actos de heroísmo y de sumisión humillante, hechos inauditos, gloriosos, y hechos vergonzosos inexplicables, sin que se pueda saber qué línea quiere seguir en medio de ese torbellino”.

Antes que promover el temor a los que muchos llaman “la amenaza haitiana”, Bonó ve en la corrupción el principal enemigo de la República. Apunta proféticamente: “he aquí nuestro gran mal; mal que nos circunda, nos penetra y nos tiene bien cerca de la muerte; mal que causará la desaparición de nuestra nacionalidad si no procuramos contenerla y corregirla pronto y radicalmente”.

Nacido en 1828 y fallecido en 1906, creía como muchos hoy, que quienes venden su conciencia política al mejor postor harían lo mismo con la soberanía.

Verdaderamente sorprendente es la vigencia política de Bonó, primer sociólogo dominicano.

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