La Vicepresidencia de la República Dominicana presentó ayer un protocolo para atención a niños, niñas y adolescentes que quedan huérfanos a causa de la violencia intrafamiliar.Según la vicepresidenta, Margarita Cedeño, con ese instrumento persiguen establecer mecanismos para enfrentar los problemas de los infantes que quedan desamparados debido a la violencia y además se propone crear estrategias que permitan a esos niños y adolescentes desarrollarse en un ambiente favorable que garantice su desarrollo.
La iniciativa fue presentada ante diferentes organizaciones nacionales que trabajan con niños, entre ellas el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), la Coalición ONGs por la Infancia, el Ministerio Público y el programa Progresando con Solidaridad.
En la actividad, que tuvo lugar en el Salón Verde del Palacio Nacional, las organizaciones que estuvieron presentes intercambiaron su parecer sobre los problemas de esa población de niños y adolescentes vulnerables y se comprometieron a estudiar y aplicar la iniciativa.
De acuerdo a las explicaciones ofrecidas en el acto por la Vicepresidenta, con la aplicación del protocolo todas las instituciones participantes contarán con una guía que las oriente en los diferentes pasos que deben dar para que se realicen intervenciones familiares efectivas.
Con el programa se pretende intervenir por lo menos 300 niños en un año e integrarlos a 300 familias acogedoras que estarán amparadas por la red de protección social del gabinete de coordinación de políticas públicas.
Como parte del proyecto, el programa Progresando con Solidaridad brindará asistencia sicológica y educativa personalizada a los afectados, además de proporcionarles ayuda monetaria a las familias sustitutas a las que serán integrados los niños y adolescentes.
La falta de padres haceva los niños vulnerables
Según la información que contiene el manual de aplicación presentado por la Presidencia, los niños y adolescentes que por diversas razones viven sin el cuidado de los padres, están más expuestos a vivir en la pobreza, a ser discriminados y a ser excluidos. A su vez, esos mismos factores los pueden hacer más vulnerables al abuso y a la explotación sexual.
