VIII.- Colección de artículos. Rompimiento con Salvador. Actividades en defensa de los inmigrantes haitianos. Lucha contra las drogas ilegales y el narcotráfico. Graduación de mis hijos. Mis nietos y las postales deportivas. Dos observaciones. Reflexiones
Considero oportuno recordarles que en el Archivo General de la Nación, reposa una colección de más de 2,000 artículos escritos por mí, entre los años 1969 y 2007, a los cuales ustedes pueden recurrir como mis continuadores jurídicos, o como simples ciudadanos, y figuran en trabajos que hice como colaborador de la Revista Ahora, y los periódicos El Nacional, La Información y La Noticia.
En todo el curso de los ochenta del pasado siglo, fue para mí de muchas actividades nacionales e internacionales porque, como ya les he dicho, estaba vinculado con diferentes movimientos de solidaridad, tanto en el país como en el extranjero.
En el orden personal, en los primeros años de la citada década de los ochenta, debo destacar la visita mía y de Carmen a la Unión Soviética, la llegada en el 1982 de mi otrora amigo Salvador Jorge Blanco, a la Presidencia de la República, y la ruptura de las relaciones de amistad, profesionales y de toda índole con Salvador.
Para conocer de mis vínculos políticos con Salvador, invito a mis hijos, nietas y nietos a que lean mi texto, todavía inédito, con el título “Salvador y Yo”.
Conviene aclarar que una vez se produjo la separación entre Salvador y yo, en abril de 1983, procedí a instalar mi oficina, primero como inquilino y luego como copropietario, donde actualmente funciona, en la segunda planta de la calle 16 de Agosto 100.
La situación política del país a nivel de libertades públicas cambió totalmente para bien, en comparación con el estado de intolerancia que predominó desde 1967 hasta 1978.
Por vía de consecuencia, mi presencia en los tribunales en la defensa de los perseguidos y presos políticos se redujo casi a cero, pero en lo adelante me ocupé, fundamentalmente, a la lucha por hacer menos pesada la vida de los inmigrantes haitianos que trabajaban en el corte y tiro de la caña, así como en la denuncia contra la producción, consumo y tráfico de estupefacientes, además de participar con dinamismo impartiendo charlas y conferencias en centros educativos.
En el año 1983, escribí mi primera obra con el título “Inmigración Haitianos y Esclavitud”, y la segunda en el 1985 identificada como “La Inmigración Caribeña y un Capítulo Haitiano”.
Mis actividades enfrentando el fenómeno de las drogas ilegales y el narcotráfico están recogidas, en la obra, no publicada, con el título: Mi Posición Ante Las Drogas Ilegales y el Narcotráfico.
En distintos años de la década del ochenta, ocupé la presidencia de la Asociación de Abogados de Santiago, habiendo sido elegido en ambas ocasiones por el voto unánime de mis colegas.
En el plano familiar sentí mucha satisfacción porque Ramón, Jordi, Ho chi y Yury, concluyeron sus estudios secundarios e ingresaron a la universidad.
No quiero concluir este trabajo sin antes explicar el destino de mi colección de postales deportivas y la donación que hice de la misma. Veamos.
Partiendo del criterio de que el ser humano se alimenta física y mentalmente, y consciente de que si queremos levantar mujeres y hombres que sean una unidad en músculo y espíritu, debemos orientarlos en el sentido de que tienen que estar formados para estudiar, trabajar y divertirse sanamente.
De la misma forma que me sentía comprometido con proporcionarles a mis hijos una vida de acuerdo con mis posibilidades económicas, también sabía que debía de ponerlos en condiciones de que se sintieran bien en los momentos que no estaban estudiando o descansando.
Los niños precisan de esparcimiento como una forma de completar su ciclo de vida diaria y, por tanto, la diversión sana los hace sentir bien; un momento de placer, presenciando o ejecutando una acción recreativa les alivia el momento, rompe las tensiones, el aburrimiento y el fastidio.
Si en verdad queremos evitar el tedio de los niños, debemos de buscarles pasatiempos acogedores, con los cuales ellos se sientan entretenidos, algún hobby que los haga sentir en su edad, en su mundo. Por muy limitada que sea la condición económica de los padres, cada país tiene juegos que hacen feliz a los niños sin una gran inversión. El aburrimiento se rompe fácil en la etapa de la niñez.
Mis hijos, principalmente Jordi, Ho chi y Yury, son testigos de que desde muy corta edad, les motivé para que se desarrollaran inclinados por los deportes, principalmente en el béisbol. Ellos conservan fotografías en su adolescencia compartiendo con peloteros nacionales y extranjeros que hace más de tres décadas fueron verdaderos ídolos de la fanaticada de las Águilas Cibaeñas.
Algunos de mis nietos, me parece que Yuri Javier y Arturo, tienen pelotas, gestionadas por mí, con las firmas de Juan Marichal y Sammy Sosa.
He traído a colación el tema de los deportes, porque hace unos meses, uno de mis nietos me preguntó, qué destino le había dado a mi colección de postales de jugadores de grandes ligas. Me hice el loco, y no le di respuesta. Ahora explicaré a mis nietas y nietos qué hice con las postales.
Ciertamente, tenía una gran cantidad de pequeñas postales de jugadores de las grandes ligas, y decidí donarlas a la Asociación de Cronistas Deportivos de Santiago Inc. porque consideré que todos mis nietos estaban interesados en la colección, y no convenía la repartiera entre ellos, sino que la pusiera a disposición de los niños y otros interesados del béisbol en Santiago que, en un momento dado, demostraran interés en examinar la colección histórica de jugadores de las ligas mayores.
Para que las postales tuvieran bien conservadas las entregué plastificadas y dentro de libros en forma de álbum. He aquí mi carta de ofrecimiento de donación.
Posteriormente, formalicé la donación a la Asociación de Cronistas Deportivo de Santiago Inc.
Debo reconocer y admitir las críticas que me han hecho algunos de mis hijos en el sentido de que cometí un error al donar las postales porque no han sido utilizadas con el sentido que hice la donación.
Antes de finalizar quiero hacer dos observaciones:
A.- Que este escrito comprende solamente desde el año 1967 hasta 1989, inclusive. En el futuro, de ser posible y dependiendo de mi salud, tiempo y estado de ánimo, continuaré exponiendo mis vivencias para mis hijos, nietas y nietos.
B.- Que en el periódico La Información de fecha 23 de marzo de 1976, están indicadas cronológicamente las distintas ocasiones en que mi vida fue objeto de atentados o amenazas.
Reflexiones
a.-) Los seres humanos que tienen la dicha de llegar a tener la condición de abuelas o abuelos, pueden considerarse privilegiados por la naturaleza, y esa exclusividad deben traducirla en complacencia para sus nietas y nietos.
b.-) En lo que a mí respecta, a lo mejor no soy el abuelo ideal, aquel dispuesto a agradar a sus nietas y nietos con todos los gustos, caprichos y antojos que les lleguen a su mente.
c.-) A mis nietas y nietos los disfruto, me gusta hacerles bromas propias de su edad, pero sin llegar a la tolerancia de necedades de niños malcriados, consentidos y malacostumbrados. Con todo y eso, mentalmente vivo dándole seguimiento a su estado de salud y educación, sin creerme en ningún momento que puedo ocupar el espacio o calidad de padre o madre.
d.-) A lo mejor mis propios hijos no tienen la menor idea con la dedicación y fidelidad que me he dispuesto a narrarles a ellos, pero fundamentalmente a mis nietas y nietos, lo que ha sido mi vida o la mayor parte de ella. Pero lo importante es que he hecho el esfuerzo, que les he aportado datos hasta ahora por ellos desconocidos, y quién sabe la utilidad que mañana puedan sacarles.
e.-) En este país hay padres y madres que están levantando su familia como si nuestro país va a continuar para siempre como hasta ahora, donde todo se vale, como si no va a llegar el día que este pueblo maltratado, humillado, ultrajado, ofendido y hostilizado va a exigir que se le rinda cuenta.
f.-) Ciertamente, el momento ha de llegar, y espero que sea más temprano que tarde, que una cualquiera de mis nietas o nietos, tenga la suficiente dignidad, bizarría e intrepidez, para si mi nombre es de cualquier forma lesionado, salga en mi defensa probando, con piezas irrefutables, lo que ha sido mi comportamiento en el medio social que me ha correspondido vivir.
g.-) Dentro de lo posible me he interesado en que mis nietas y nietos tengan a su vista y alcance las pruebas que mis adversarios de ayer y de hoy van a reclamar, con la creencia de que no existe constancia por escrito de lo que en mi vida he hecho o he dejado de hacer, bien o mal.
h.-) Al recibir este escrito y leerlo detenidamente, espero que mis hijos, nietas y nietos, se motiven para que un día cualquiera, en una reunión familiar previamente convocada, en la que estén presentes los demás abuelos y abuelas, yo pueda ampliar lo que he expuesto en los tres trabajos sobre mi vida.