Cultura Profética, con un ritmo que pesa y enciende

Con una notable presencia de agentes y la Unidad Canina de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), la banda Cultura Profética ofreció un concierto que atrajo a cientos de fanáticos a la Marinita de Sans Soucí.

Con una notable presencia de agentes y la Unidad Canina de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), la banda Cultura Profética ofreció un concierto que atrajo a cientos de fanáticos a la Marinita de Sans Soucí.El vocalista y bajista, Willy Rodríguez, volvió a quejarse porque las autoridades dominicanas “tienen una mala concepción de nuestra musicalidad y nuestra intención de hacer música”. Sus palabras atizaron a una multitud que disfrutó por espacio de dos horas y media el cancionero de esta agrupación que está cerca de cumplir sus 20 años en la industria discográfica. Nada de diálogos sobre el uso de drogas, pero sí incluyeron en el repertorio la canción más popular de Cultura Profética en el país, “Saca, prende y sorprende”, la cual los asistentes solicitaban a cada rato. El tema fue el punto final del repertorio para complacer a la gente, cuando el reloj marcaba las 2:15 de la madrugada del domingo.

Esta exitosa pieza de la popular banda de reggae, conformada por Willy Rodríguez, Omar Silva, Boris Bilbraut y Juanqui Sulsona, es una de sus banderas musicales a favor de la legalización de la marihuana, al igual que “Fruto de la Tierra”, que se desprende de su álbum de debut Canción de Alerta (1998).

Una mezcla de éxito

Si bien es cierto que la popularidad que ha ganado Cultura Profética tiene que ver con sus ideas sociales y de reflexión, no menos cierto es que parte de su éxito se encuentra en el corazón de un lenguaje sonoro que se sustenta en una mezcla de géneros como el hip-hop, bossa nova, trip-hop, jazz, bachata y carranga, entre otros ritmos.

Así está mezclado su repertorio, que sedujo a su fiel público en la Marinita de Sans Soucí, y a muchos jóvenes que se acercaron a la fiesta atraídos por la campaña de advertencia de las autoridades, que en vez de alejar audiencia fue una especie de imán para beneficio de los organizadores. 

Robos en vehículos es el cuento de nunca acabar

Los robos en los vehículos se han convertido en un eterno dolor de cabeza para las personas que asisten a los conciertos en esta zona. Algunas personas se quejaron porque las autoridades ponían más empeño en supervisar “si se cantaba o no” a favor de la marihuana en el concierto y no les daban mayor atención a los estacionamientos. 

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