Santiago. Molaire Cherazad nació hace treinta años en el municipio Villa González y dice que nunca ha ido a Haití, pero al igual que miles de extranjeros desafía el sol y el sereno para poder regularizarse.Molaire no llegó a conocer a su madre, pues murió tras dar a luz, no habla el creole, pero en Dajabón cuando por falta de acta de nacimiento se vio obligada sacar cédula, le tuvieron que otorgar los documentos como nacida en Fort Liberté.
Aún con una cesárea reciente, ha tenido que hacer la larga fila que prácticamente ocupa la calle Del Sol en Santiago. Y es que en la medida en que se acerca el vencimiento del plazo del Plan de Regularización, la capacidad de respuesta en las oficinas habilitadas en el Cibao es muy tímida, mientras las filas son más cada vez más extensas. El plan está en cuenta regresiva, pues solo faltan 11 días para vencer la fecha dada por las autoridades dominicanas, lo que obliga a que miles de extranjeros, en su mayoría haitianos, se decidan a formalizar el proceso.
